BOLETÍN HTA

HIPERTENSIÓN / 2018 / VOL. 23 32 Introducción Los niveles de presión arterial (PA) se relacionan de manera lineal y directa con el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y cerebrovascular (ACV), cuyo sustrato anatómico, es la ateroesclerosis de grandes y pequeños vasos arteriales (1) . Aunque esta relación existe desde niveles de PA considerados como normales, es decir valores de 120/80 mmHg, desde el segundo informe Joint National Committee publicado el año 1980(2), se había definido la hipertensión arterial (HTA) como el valor de PA registrado en la consulta ≥ a 140/90 mmHg, ya que su detección y tratamiento se correlacionan con una disminución en la morbi-mortalidad de ECV y ACV (3) . Los clínicos siempre tienen dos dilemas cuando tratan pacientes con HTA, por un lado, cuáles son las metas de PA que deben alcanzar, o sea, hasta qué valores bajar la PA, tanto la PA sistólica (PAS) como la PA diastólica (PAD), y por otro lado, qué terapia farmacológica prescribir para lograr los beneficios cardiovasculares y cerebrovasculares, sin ocasionar efectos indeseables significativos (4,5) . Las metas de PA en las diferentes guías internacionales de HTA han surgido, mayoritariamente, de un consenso de expertos que se basan màs en estudios epidemiológicos o de análisis posteriores (post-hoc) de estudios clínicos, por sobre estudios clínicos controlados aleatorizados (ECCA) o de metanálisis diseñados para determinar qué niveles de PA o qué fármacos son protectores en los pacientes con HTA (4,6,7) . Las guías internacionales de HTA a través de los años han ido cambiando las metas de PA(8). Para mayor confusión, en la actualidad, las dos guías más referidas como la Guía americana AHA/ACC 2017 (9) y la Guía europea ESC/ESH 2018 (10) no coinciden en la clasificación de la PA, en los objetivos de PA ni en todos los aspectos de la terapia farmacológica. Las mayores diferencias se encuentran en la clasificación de la PA y en los objetivos terapéuticos de subgrupos de pacientes con HTA que presentan diabetes mellitus (DM), enfermedad renal crónica (ERC), cardiopatía coronaria (CCor) y en los ancianos. Aunque ambas guías presentan clases de recomendaciones (CR) y niveles de evidencias (NdeE) basadas en la literatura médica disponible (Tabla 1 y 2), tienen diversas diferencias que hacen difícil memorizar y, en consecuencia, llevar a la práctica clínica estas recomendaciones (6) . TERAPIA FARMACOLÓGICA DE LA HIPERTENSIÓN Departamento de Nefrología. Escuela de Medicina. Facultad de Medicina. Pontificia Universidad Católica de Chile. Rodrigo Tagle Vargas Tabla Nº 1 Clase de recomendación Clase de Recomendación Significado I Efectiva, beneficiosa, recomendada IIa Puede ser efectiva y beneficiosa IIb No se recomienda III Contraindicada

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