REVISTA CHILENA DE ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
152 retina a través del tracto retino-hipotalámico. Este reloj maestro comanda por vía nerviosa (sistema nervioso autónomo) y vía humoral (melatonina) a relojes periféricos ubicados en cada una de las células de nuestros distintos órganos (corazón, pulmón, glándula suprarrenal, timo, hígado, pineal) resultando en oscilaciones circadianas en el transcriptoma, proteoma y función celular con máximos ajustados a diferentes horas de día. Las funciones de salida de estos relojes a nivel del individuo son las oscilaciones periódicas cada 24 h que conocemos como ritmos circadianos: sueño/vigilia, alimen- tación/ayuno, hormonas plasmáticas, presión arterial, temperatura corporal, etc. Así, nuestros sistemas fisiológicos se preparan para estar activos y alertas al comenzar el día y disminuir nuestra actividad y dormir al anochecer. La importante consecuencia de la función del sistema circadiano es producir un orden temporal interno de funciones fisiológicas acorde con los cambios día/noche. Este orden está presente incluso durante la vida fetal, en que señales maternas ordenan funciones fetales con la hora del día 6 . La desincronización con el ambiente perturba nuestro orden temporal interno causando malestar e incluso patologías 3,7 . Para finalizar y contestando la pregunta del título, los relojes internos tienen vida propia y se han desarrollado en millones de años de evolución, sincronizándose con señales externas, otorgándole al individuo una respuesta predictiva a los cambios exteriores, una forma de óptima adaptación al ambiente. Desgraciadamente, la vida moderna disocia ambiente y biología. El impacto del jet lag social impuesto por los ajustes horarios que hemos descrito es solo la punta del iceberg de situaciones extremas como son los turnos laborales y genera una preocupación a futuro dada por los efectos de estos turnos en los hijos de madres gestantes. ¡Nos queda mucho por aprender! María J. Serón Ferré, PhD Laboratorio Cronobiología Programa Fisiopatología, ICBM, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Email: mseronfe@gmail.com Bibliografía 1.- Kantermann T, JudaM, Merrow M, Roen- neberg T. The human circadian clock’s seasonal adjustment is disrupted by daylight saving time. Curr Biol 2007; 17: 1996-2000. 2.- Prats-UribeA, Tobías A, Prieto-Alhambra D. Excess Risk of Fatal Road Traffic Accidents on the Day of Daylight Saving Time Change. Epidemiology 2018; 29: e44-5. 3.- Manfredini R, De Giorgi A, Zucchi B, Cappadona R, Signani F, Katsiki N, et al Da- ylight saving time and myocardial infarction:should we be worried? A review of the evidence. European Review for Medical and Pharmacological Sciences 2018; 22: 750-5. 4.- Medina D, Ebben M, Milrad S, Atkinson B, Krieger AC. Adverse Effects of Daylight Saving Time on Adolescents’ Sleep and Vigilance. J Clin Sleep Med. 2015 11:879-84. 5.- http/ /www.senado.cl/appsenado/index.php?mo=comisi ones&ac=ficha&id=95. Boletin 10305, 14/08/18. 6.- Serón-Ferré M, Richter HG, Valenzuela GJ, Torres-Farfan C. Circadian Rhythms in the Fetus and Newborn: Significance of Interactions with Maternal Physiology and the Environment. In Prenatal and Postnatal Determinants of Development. Walker, David W. (Ed.), Springer, Series. Neuromethods 2016; 109: 147-65. 7.- Roenneberg T,Allebrandt KV, MerrowM, Vetter C. Social jet lag and obesity. Curr Biol 2012; 22: 939-43. editorial Rev Chil Enferm Respir 2018; 34: 151-152
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