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HIPERTENSIÓN / 2016 / VOL. 21

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Entre un 20% a 47% de los pacientes con EAAR tienen compromiso de ambas arterias

renales

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, o unilateral en un paciente monorreno anatómico o funcional, condición que se denomina

enfermedad isquémica renal. En estos pacientes la hipertensión renovascular es más acentuada y

clínicamente se manifiesta como un rápido deterioro de la HTA, la que se puede tornar resistente

o de difícil control, y puede aparecer edema pulmonar súbito recurrente

6,19

. La HTA no controlada

puede conducir a insuficiencia cardíaca congestiva, edema pulmonar, encefalopatía hipertensiva,

hemorragia intracerebral, enfermedad renal en etapa terminal y aneurismas.

No están completamente aclarados todos los mecanismos por los cuales una estenosis

hemodinámicamente significativa de la arteria renal puede llegar a producir HTA y daño del parénquima

renal. Por un lado, la disminución del flujo sanguíneo arterial renal provoca activación del SRAA,

provocando vasoconstricción, retención de sodio y agua, secreción de aldosterona, activación del

sistema nervioso simpático, remodelación vascular e HTA. La isquemia recurrente local causa una

lesión tubulointersticial y daño microvascular

20

. Por otra parte, la hipoperfusión global del riñón

conduce a daño endotelial. En un estudio con biopsia renal en pacientes con EAAR se observó

atrofia tubular, fibrosis, e infiltración de células inflamatorias, especialmente macrófagos CD68(+),

con niveles elevados de TGF beta, en directa correlación con la disminución del flujo sanguíneo en

el riñón afectado

21

.

Considerando los resultados de los últimos ensayos clínicos aleatorizados, y que se han

discutido en secciones previas, la estrategia preferida de tratamiento de pacientes con EAAR

debe ser el tratamiento médico óptimo y la revascularización debe reservarse para subgrupos de

pacientes cuidadosamente seleccionados; sin embargo, la forma de seleccionar a los pacientes

que podrían llegar a beneficiarse de la revascularización mediante angioplastía más stent es todavía

un reto y motivo de controversia.

¿Cuándo consideramos a una estenosis de la arteria renal como hemodinámicamente

significativa?

El diagnóstico de significancia hemodinámica de una EAAR es crítico para determinar

una terapia óptima. El eco doppler renal es un método diagnóstico relativamente económico y

suficientemente sensible y específico. La angiografía renal es el estándar de oro para la evaluación

invasiva de la significancia hemodinámica de una estenosis. La magnitud de la estenosis de la

arteria renal, medida por angiografía selectiva cuantitativa, puede clasificarse como leve, cuando

ésta afecta a menos del 50% de su diámetro, moderada si afecta entre un 50% y 70% del diámetro

de la arteria y severa cuando afecta al 70% o más del diámetro; s in embargo, esto a veces no

basta para determinar la significancia hemodinámica de una estenosis, requisito indispensable para

proceder con una angioplastía con balón y stent.

De Bruyne y col., usando una técnica de oclusión con balón en arterias de seres humanos,

midieron la presión media distal a la estenosis (Pd), la presión media de la aorta (Pa) y los niveles

de renina simultánea de ambas venas renales y arteria aorta, mientras disminuían progresivamente

el diámetro de la arteria renal. Ellos demostraron que una proporción Pd/Pa de 0,90 corresponde

a un valor de umbral por debajo del cual la estenosis puede ser considerada como la responsable

de la regulación positiva de la producción de renina. La estenosis de la arteria renal con una razón

Pd/Pa

0.90 debe ser considerada hemodinámicamente significativa independientemente del

grado de estenosis angiográfica

22

.

En pacientes con HTA y EAAR, una gradiente de presión media de 20 mmHg inducida con