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1. Anticonceptivos hormonales orales combinados (ACO): Se recomienda utilizar aquellos que
contengan 30ug de etinilestradiol, en combinación con levonorgestrel, progestágeno que
permite un buen control del ciclo, con el menor riesgo trombótico. Pueden ser utilizados en
forma cíclica, 21 tabletas activas y 7 placebos o 7 días de descanso o en ciclos extendidos de
84 pastillas activas seguido por 7 días de placebo/descanso, lo que generalmente resulta en
menstruación más escasa, menos dolorosa y sin síntomas premenstruales, y además permite
programar los sangrados, para períodos de vacaciones, etc.
2. Parche anticonceptivo (Evra
®
) es otra presentación de anticoncepción hormonal combinada,
contiene etinilestradiol de 600 mcg y norelgestromin 6 mg, cada parche libera 20 mcg de EE
y 150 ug/d del progestágeno. Cada parche dura una semana, se sugiere aplicarlo en cualquier
parte del cuerpo, menos en las mamas. Está recomendado para mujeres con peso inferior a
90 kilos. Si se usa continuo tiene una tasa de amenorrea de un 8%.
3. Los inyectables combinados (ACI), se administran de forma mensual en Chile, contamos con Me-
sigyna
®
que contiene Valerato de Estradiol 5 mg y Enantato de noretisterona 50 mg y Novafem
®
que contiene Cipionato de estradiol de 5 mg y Acetato de medroxiprogesterona 25 mg. Ambas
logran un patrón menstrual cíclico de menor volumen y dolor, similar al obtenido con los ACO.
4. Las píldoras de progestágenos solos o minipíldora (Desogestrel 75 mcg) logra un 40% de ciclos
anovulatorios y el 20% de las usuarias caerá en amenorrea.
5. Acetato de medroxiprogesterona de depósito, se puede administrar vía intramuscular o subcu-
tánea según la presentación (Depoprodasone 150 mg i.m. o Sayana 104 mg s.c) cada 3 meses.
Alcanza rápidamente la amenorrea en el 90% de las pacientes en la 4
a
dosis. Los principales
inconvenientes en las usuarias adolescentes, es la pérdida de densidad mineral ósea (DMO) y
el aumento de peso, sobre todo en aquellas usuarias con sobrepeso al inicio del tratamiento.
En caso de ser la única alternativa, se sugiere realizar ejercicio, una dieta balanceada y suple-
mentar con calcio y vitamina D e idealmente no utilizar por un período mayor a 2 años.
6. Implante subcutáneo de etonogestrel: Implante radiopaco de 4 cm por 2 mm que contiene
68 mg de etonogestrel, metabolito activo del desogestrel; la tasa de liberación es de aproxi-
madamente 60-70 µg/día en la semana 5-6, y disminuye a alrededor de 35-45 µg/día al final
del primer año, a alrededor de 30-40 µg/día al final del segundo año, y a aproximadamente
25-30 µg/día al final del tercer año. Requiere cooperación de la paciente para su inserción y
extracción en el antebrazo. Logra buen control de la dismenorrea y disminución del volumen
del sangrado, eso sí, tener presente que un 40% de las usuarias puede presentar sangrados
irregulares, no predecible.
7. Dispositivo intrauterino medicado (Mirena
®
): Dispositivo de silastic de 32 mm de longitud y
ancho. No hay contraindicaciones para su uso en adolescentes. Libera levonorgestrel durante
5 años, disminuyendo el flujo menstrual en un 90%. El sangrado es irregular en un principio,
hasta alcanzar la amenorrea. La tasa de expulsión es similar a la de la población general; y una
desventaja es que puede requerir inserción bajo anestesia.
Métodos quirúrgicos
- Ablación endometrial: consiste en la remoción quirúrgica del endometrio. No está recomen-
dada en adolescentes, por la alta tasa de falla en alcanzar la amenorrea en esta población y
no se considera como un MAC.
- Histerectomía: Es un procedimiento irreversible que expone a las pacientes a mayor morbi-
mortalidad y no protege a la niña o adolescente de ser víctima de abuso o de una infección de
transmisión sexual (ITS). Su recomendación es muy limitada, incluso controvertida. Es necesario
considerar todos los aspectos éticos y legales involucrados y se sugiere siempre evaluar su
indicación con cautela y sólo en aquellos casos en que ha fallado o están contraindicadas las
alternativas antes señaladas.
Anticoncepción
Si es este el motivo de consulta, se recomienda evaluar la seguridad de la paciente y la capaci-
dad de consentir un acto sexual. Por ejemplo: ¿por qué una paciente con una DI severa, usuaria de