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El envejecimiento se acompaña de un aumento
de la rigidez de la caja torácica, pérdida de la
fuerza de retracción elástica pulmonar y dismi-
nución de la fuerza de los músculos respiratorios.
Ello determina una reducción tanto de los flujos
como de los volúmenes pulmonares, un aumento
del volumen residual y de la ventilación frente al
ejercicio
8
. Si a esto se agrega la frecuente apari-
ción de disnea en esta edad asociada a la pérdida
de masa muscular, sedentarismo, alteraciones
cardiovasculares subclínicas, alteraciones meta-
bólicas, anemia, entre otras; se hace aún más difi-
cil la interpretación de los valores espirométricos
en estos pacientes. Por ello no es infrecuente que
se catalogue como anormal un estudio funcional
respiratorio de un adulto mayor sintomático si se
le compara con una tabla de referencia construida
en base a una población que no incluye un núme-
ro representativo de sujetos de su grupo etario.
De este modo puede atribuírsele al sistema respi-
ratorio las limitaciones del paciente, sin buscar su
causalidad en alteraciones de otros órganos o sis-
temas que pudieran ser tratadas en forma eficiente
al ser identificada su responsabilidad causal.
La nariz en el adulto mayor presenta alteracio-
nes fisiológicas y estructurales; debilitamiento del
cartílago nasal, atrofia de su mucosa y modifica-
ción de sus secreciones, por lo que es frecuente
la aparición de obstrucción nasal, prurito, des-
carga posterior, anosmia, rinorrea e infecciones
repetidas
9
. Estas alteraciones suelen determinar
un deterioro de la calidad de vida que incluso
puede ser más significativo que la obstrucción
bronquial. Con frecuencia se asocian estos sín-
tomas con una posible causa alérgica y por ende
se tiende a prescribir con innecesaria frecuencia
fármacos antihistaminicos o corticoides tópicos
sin considerar sus potenciales efectos colaterales
sobre todo en este grupo etario. La rinitis crónica
de la tercera edad puede contribuir al desarrollo
de respiración bucal, anosmia y ageusia que
suelen ser factores adyuvantes de los trastornos
alimentarios frecuentes a esta edad. También la
descarga posterior puede asociarse con bronquitis
aspirativas secundarias e incluso se ha demostra-
do que la persistencia de esta alteración impide
el control adecuado del asma bronquial. En un
grupo de adutos mayores de 65 años que residían
en 21 centros de larga estadía
10
, el 22% declaraba
poseer síntomas de rinosinusopatía crónica. Es
decir, los trastornos rinosinusales de esta pobla-
ción son frecuentes y deben ser especialmente
considerados si se quiere lograr resolver los pro-
blemas respiratorios que alteran la calidad de vida
de esta población.
La deglución es un complejo mecanismo neu-
ronal que requiere para su buen funcionamiento
una eficiente interacción entre la via respirato-
ria y la digestiva. Necesita coordinar impulsos
sensitivos, motores y nocioceptivos, tanto de la
orofarinx como de la laringe utilizando para esto
los nervios craneales V, VII, IX, X, como vía
aferente hacia el SNC, lugar donde interactúan
con otros impulsos provenientes de la corteza
cerebral. Alteraciones de este circuito, que suele
deteriorarse al avanzar los años o como secuelas
Las enfermedades respiratorias del adulto mayor en Chile: un desafío a corto plazo
Figura 1.
Comparación de la mortalidad por neumonía y enfermedades respiratorias crónicas (ERCr) en el período
2000-2010. Departamento de Estadísticas e Información de Salud (NAC). Ministerio de Salud, Chile.
Rev Chil Enferm Respir 2017; 33: 303-307