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EDITORIAL
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EL PARADIGMA DE LAS RESIDENCIAS PEDIÁTRICAS
abril
2016.
Volumen
15
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N
°
63
Sofía Aros A., Francisco Barrera Q., Francisco Prado A.
Servicio de Pediatría Hospital Clínico San Borja Arriarán.
Departamento de Pediatría, Campus Centro, Facultad de Medicina Universidad de Chile.
En Latinoamérica, junto a Cuba y Costa Rica, Chile
ha tenido un descenso sostenido de la mortalidad
infantil en los últimos
100
años. (Figura
1
)
Para la última década se observa un efecto piso,
con estabilización de la tasa de mortalidad
informada para el año
2014
de
7,02
por mil
recién nacidos vivos.
Estos importantes resultados sanitarios han
provocado que la tolerancia a eventuales
complicaciones relacionadas con la morbilidad
pediátrica general y sobre todo las muertes
prematuras evitables, puedan ser utilizadas
positivamente como eventos adversos centinelas,
de modo tal que permitan servir para
intervenciones de mejoramiento continuo.
De este modo, y fundamentalmente en la
formación de postgrado, los hospitales clínicos
universitarios han cambiado su perfil. La
desaparición de patologías que se acompañaban
de alta tasa de letalidad y secuelas como
enfermedades infectocontagiosas (Viruela,
Poliomielitis, Sarampión, Difteria), Gastroenteritis
aguda y de la desnutrición primaria han requerido
que los esfuerzos para mantener la disminución
de la tasa de mortalidad infantil y otros resultados
secundarios como promover la ganancia de años
de vida ajustados a calidad de vida (AVAC)
se centren en notables avances estructurales
de los sistemas sanitarios que soporten
procedimientos de diagnóstico y nuevas terapias,
que aborden desafíos crecientes en oncología,
enfermedades con alta carga genética, pacientes
con necesidades especiales en salud,
dependencias tecnológicas y emergencias
pediátricas que requieren resolución tiempo
dependiente en medicina de urgencia e
intensivo.
El
2
de enero de
1942
se inaugura la Posta
Infantil del Hospital Manuel Arriarán, primer
servicio de esta naturaleza en América del Sur.
La atención médica del servicio de Pediatría
del hospital era ejercida por los médicos
del Servicio de Urgencia Infantil del Hospital
Manuel Arriarán, que contaba inicialmente con
5
cirujanos y
5
pediatras. Previo a ello el mismo
médico Director del establecimiento resolvía las
urgencias hospitalarias. En
1977
se da otro paso
trascendente en la atención de la residencia
del servicio, incorporando a los médicos en
formación en Pediatría de la Universidad de Chile
a un régimen de turnos semanales. Finalmente,
en
1988
, se crea la Unidad de Residencia del
servicio clínico, desempeñada por médicos
pediatras post becados.
Actualmente, la Unidad de Residencia está
constituida por dos médicos pediatras residentes,
acompañados por becados e internos con un rol
docente asistencial.
Aún cuando, como consecuencia natural, la
contribución de los programas de formación
en Pediatría ha sido transformar médicos
generales en médicos especialistas en pediatría,
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