

Septiembre
2010.
Volumen
9
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N
°
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actividades, pero sigue asistiendo hasta hoy
a las reuniones de los Viernes en Bronco.
Y naturalmente con Lina Boza Costagliola
siempre elegante y distinguida, una luchadora
a toda prueba, ahora como jefa. Lina con su
claridad, energía y humanidad le ha impuesto
un nuevo ritmo y proyección a la especialidad.
Junto a ella se han formado los que actualmente
son su equipo de trabajo: Francisco Prado
Atlagic, genial, desordenado y divertido,
trabajador incansable; Ana María Sepúlveda
Barroso, Patricia Cabezas y Hortensia Barrientos
y otros que ya no integran este grupo; por
supuesto, es parte de este equipo su actual
enfermera Doris Sierralta que también es
enfermera de Gastroenterología infantil. Ella
desarrolla una gran labor en el control y
educación de los niños oxígeno dependientes,
celíacos y muchos otros, en realidad una
tremenda enfermera.
Durante fines de los
80
y los
90
se han ido
agregando otras especialidades a la atención
abierta: Reumatología con Patricio Aránguiz
Zambrano un solitario estudioso dedicado a
sus pacientes, saliendo adelante con ellos a
pesar de lo difícil que pueda resultar
completar un estudio.
Inmunología, primero con Sabina Moreno,
después con Cristián Rodríguez y actualmente
con Liana Schlessinger que llega de vuelta
desde el INTA.
Infectología con Carmen Luz Avilés Lohman
como Jefa del equipo, es una verdadera
enciclopedia, cálida y graciosa , Eloisa Vizueta
Romanini, que con su voz de cantante está a
cargo del SIDA Infantil y Luis Delpiano Méndez,
estudioso y activo participante de todo tipo
de Comités relacionado con la especialidad,
es un gruñón con corazón de oro. Ellos nos
persiguen jabón en ristre convenciéndonos
de las bondades de un buen lavado de
manos que ahora debe llegar casi al codo...
Nutrición: con María Jesús Rebollo García,
espigada y tranquila hasta que hay un temblor
momento en que alcanza la velocidad del rayo
para correr a ninguna parte y Francisco Moraga
Mardones, estupendo él... sin más comentarios.
Hemospuestomucho esfuerzo,mucha dedicación
y sobretodo mucho cariño en nuestra actividad,
pero no ha sido fácil; ha habido muchos cambios
y no todos han sido buenos.
En
1978
un día cualquiera como siempre, unos
íbamos al Poli a atender y nos encontramos
con la sorpresa de que nos habían desalojado
del módulo la tarde anterior. La orden era
trasladarse al Consultorio N
º
1
, allí seguirían
funcionando los Policlínicos de Especialidades
en algunas dependencias de ese laberinto
antiguo y frío, que como música de fondo tenía
los bocinazos de las micros que corrían por
calle Nataniel y todo el barullo del tráfico de
ese sector. Ninguno de los que allí trabajamos
estuvimos cómodos. El entorno laboral era
bastante deprimente, y muchos adquirimos
habilidad para ignorar las murallas sucias,
la pintura en condiciones lamentables, la
oscuridad. Aprendimos a equilibrarnos en sillas
cojas, asientos sueltos y a no gritar cuando
algunas sillas de madera de esas cuadradas
grandes de pronto nos mordían al sentarnos.
Recuerdo que a Nefrología nos ubicaron en un
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