

HIPERTENSIÓN / 2015 / VOL. 20
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La cronoterapia haría las veces de una “receta a la carta”, de ahí la importancia de que el
médico comience a recetar no sólo en función del tipo de fármaco y la dosis, sino de la hora
más eficaz en la que ha de tomarse.
El mismo fármaco administrado a distintas horas del día es más o menos eficaz, además de
tener un mayor o menor número de efectos secundarios. Las características farmacocinéticas
(vida media, metabolización, tiempo de fijación a receptor, etc.) son diferentes, lo cual hace
que sus propiedades farmacocinéticas (eficacia antihipertensiva y duración de dicha eficacia)
tampoco lo sean. Estos condicionantes se deben a las variaciones biológicas que se presentan
en el individuo.
No es lo mismo administrar un fármaco en la mañana, cuando existe una verdadera “efervescencia
neurohumoral” (máxima actividad del sistema simpático y sistema renina–angiotensina,
disfunción endotelial, agregación plaquetaria, etc.), que administrarlo en la noche cuando
existe una más lenta motilidad gastrointestinal, absorción intestinal, peak y nivel plasmático y
fijación a proteínas plasmáticas del fármaco y su metabolización, lográndose un alargamiento
de su vida media.
Otra novedad, en cuanto a la hora de administrar los fármacos antiHTA en cronoterapia, es
indicarlos al inicio del período de actividad (al levantarse) y/o al inicio del período de descanso
(al acostarse), cambiando el concepto de tomar los medicamentos con el desayuno ó cena,
por el de “al levantarse” ó “al acostarse” (los medicamentos pasarían de estar en el comedor,
al dormitorio de los pacientes). Esto, de acuerdo a estudios con actigrafía (con un sensor de
pulso que se coloca en la muñeca para detectar con precisión el cambio de actividad–reposo
y viceversa), comprobándose que con este horario de administración, los fármacos son más
eficaces en la prevención de eventos cardiovasculares y cerebrovasculares, y con menos
efectos colaterales.
Perfil Circadiano de la PA
El concepto de “Profundidad” del perfil circadiano de la PA se define como el porcentaje de
descenso nocturno con respecto a la media diurna de la PA. Eso sí que para conocer el ciclo
biológico de la PA de cada individuo, perfil circadiano de la PA, se requiere del monitoreo
ambulatorio de presión arterial (MAPA).
Lo normal es que haya un descenso nocturno de la PA entre un 10 y un 20 % (Dipper). En
muchos pacientes hipertensos no se produce este descenso nocturno (Non–Dipper). Si el
descenso nocturno es mayor a un 20%, se define como “Extra–Dipper”. Y si no hay descenso
nocturno de la PA o la PA nocturna es mayor que la diurna, se define como “Riser” (Figura 1).