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Neumol Pediatr 2015; 10 (1): 26 - 29

Resúmenes de Trabajos Libres: INFECCIONES

TUBERCULOSIS CONGÉNITA, SIGUIENDO EL RASTRO A UN

ENEMIGO OCULTO

Autores:

Mora-Bautista Víctor Manuel, Vargas-Peñuela Silvia

Juliana, Velandia-Galvis Javier Armando; Cala Vecino Luz Libia;

Sosa-Ávila Luis Miguel

Departamento de pediatría. Universidad Industrial de Santander;

Hospital Universitario de Santander. Bucaramanga - Santander

(Colombia)

Introducción:

La tuberculosis tiene alta morbimortalidad y

carga social. La forma congénita es poco frecuente. Se

manifiesta en la 2-4 semana de vida como sepsis neonatal,

neumonía y hepatoesplenomegalia. La mortalidad oscila entre

35-50% y con la terapia tetraconjugada se reduce al 22%.

Es de peor pronóstico que la forma neonatal y tiene patrón

miliar en la radiografía. Se diagnostican primero los niños que

sus madres, quienes hasta un 15% de los casos sólo son

sintomáticas en el puerperio.

Objetivos:

Resaltar la importancia de la tuberculosis congénita

y la necesidad de considerarle como causa de morbilidad

neonatal.

Reporte Clínico:

Neonato femenina de 19 días de vida, con 3

días de fiebre de 38-39°c, tos seca en salvas rubicundizantes

y rinorrea amarilla-verdosa. Su madre recientemente fue

egresada por endometritis posparto. Al examen sólo resalta

la presencia de una pústula en dorso. Recibió ampicilina y

amikacina por posible sepsis neonatal. Se asoció oseltamivir

para cubrir virus tipo influenza. Reajuste a vancomicina y

amikacina por lesión en piel. Por deterioro, tres días después

se cambió la amikacina por piperacilina tazobactam. De

nuevo febril tres días más tarde, con dificultad respiratoria y

choque, por lo que se hizo cambio a meropenem y vancomicina.

Neumología consideró neumonía con compromiso intersticial

asociada a endometritis postparto de la madre, por Ureaplasma,

S. agalactiae, Mycoplasma, Chlamydia o M. tuberculosis. IgM

para Chlamydia negativa. Baciloscopias (Bk) de jugo gástrico (3)

positivas. Fue indicado tratamiento tetraconjugado. Egresó luego

de 20 días. Hemograma normal, citoquímico de LCR normal,

Cultivo de pústula con S. aureus MR, Hemocultivos - cultivo

LCR - urocultivo negativos. Ecografía con hepatomegalia, bazo

normal. PCR técnica IS6110 positiva para Mycobacterium

tuberculosis. Radiografía de tórax con patrón miliar. A la madre

se le diagnosticó tuberculosis pulmonar activa y fue tratada.

Conclusiones:

Se debe sospechar cuando no hay respuesta al

tratamiento en una sepsis neonatal de presunto origen pulmonar

y no haya otra etiología más probable. En todo neonato con

opacidades intersticiales en la radiografía de tórax, sin una

explicación usual, también debe considerarse. Se debe mejorar

la identificación de los casos de tuberculosis materna.

ABSCESO PULMONAR EN NIÑOS. EXPERIENCIA DE 20 AÑOS,

EN UN HOSPITAL DE TERCER NIVEL DE ATENCIÓN

Autores:

Yáñez-Pulido Mónica Isabel, Ramírez-Figueroa Jorge

Luis, Furuya-Meguro María Elena Yuriko, Vargas-Becerra

Mario Humberto

Servicio de Neumología, Inhaloterapia, Fisiología Pulmonar y

Endoscopia y Unidad de Investigación Médica en Enfermedades

Respiratorias, Unidad Médica de Alta Especialidad, Hospital

de Pediatría “Silvestre Frenk Freund”, Centro Médico Nacional

Siglo XXI, IMSS, México, Distrito Federal.

Objetivos:

Análisis de la casuística de Absceso Pulmonar

(AP) en un hospital pediátrico de 3

er

nivel.

Pacientes y Métodos:

Serie de casos de AP de 13-06-1994

al 14-01-2014. Los datos se obtuvieron de las hojas de

registro del servicio de Neumología pediátrica, se analizaron

medidas de tendencia central y frecuencias simples.

Resultados:

Se analizaron 40 pacientes: sexo 1:1, edad

de 1 mes a 15 años. El AP se presentó como complicación

de neumonía comunitaria (NC) en 85% o nosocomial (NN) en

15%; los factores de riesgo conocidos encontrados en nuestra

población fueron: reflujo gastroesofágico 17.5%, alteración de

la deglución por déficit neurológico 10%, comunicación entre

vía aérea y digestiva (congénita o adquirida) 10%, alteraciones

inmunológicas 10%, malformaciones congénitas de vía aérea

7.5%, desnutrición severa 2.5% y cuerpo extraño en vía aérea

2.5%. Los síntomas fueron: fiebre 100%, tos 87.5%, dificultad

respiratoria 72.5%, esputo purulento 55%, anorexia 40%, dolor

torácico 32.5%, vómito 20%, vómica 12.5% y hemoptisis 7.5%.

En pacientes con NC el diagnóstico de AP se efectúo a 25.7±3.3

días de evolución. Los hallazgos de laboratorio fueron: alteración

leucocitaria, neutrofilia, anemia, trombocitosis y monocitosis. Se

realizó radiografía de tórax en 100% de los casos, 70% estableció

la sospecha y 30% logró el diagnóstico sin otro auxiliar; la

tomografía se usó en 75% concluyente en 100%. La localización

pulmonar fue: inferior derecho 34%, medio 21%, superior

izquierdo 18%, superior derecho 16% e inferior izquierdo 11%.

El porcentaje de aislamientos alcanzó 47.5%:

Pseudomonas,

Estreptococos, Estafilococos, Serratia, Cándida y otros

(Escherichia coli, Enterobacter aerogenes y Stenotrophomonas

aerofila)

. Como complicaciones encontramos: derrame pleural

(9), neumotórax (6), fibrosis (4) y bronquiectasias en 1

paciente. La cirugía ocurrió en 25%. Se observó desaparición

de la imagen radiológica en 2 (1-10) meses.

Conclusiones:

El AP se debe sospechar en pacientes con

NC y NN con evolución desfavorable; el lavado broncoalveolar

es un método útil en aislamiento para pacientes con mala

respuesta a tratamiento conservador o factores de riesgo de

mal pronóstico; pacientes con inmunosupresión y malformación

congénita de la vía aérea requieren de procedimientos invasivos

en su manejo; la evolución aunque lenta es hacia la mejoría.