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Contenido disponible en

www.neumologia-pediatrica.cl

- Los factores de virulencia son distintos y específicos,

por ejemplo la citotoxina LPV (leucocidina de panton-

valentine) está asociada a neumonía necrotizante.

- Antecedentes genéticos distintos, la resistencia a meticilina

está asociada a alelos del gen SCC mec IV o V, en vez de

mec I y II de las cepas intrahospitalarias

(7-11)

.

De acuerdo al sistema de vigilancia nacional de infecciones

nosocomiales la prevalencia de SAMR se ha incrementado

desde un 2,1% en 1975 a 35% en 1991

(12)

, mientras que

la incidencia de SAMR adquirido en la comunidad varía en

relación al grupo de edad; 0,7/100.000 casos en el grupo de

2 a 17 años, 6,5/100.000 en el grupo de 35 a 64 años y de

8,9/100.000 casos para los mayores de 65 años

(13)

.

MECANISMO DE RESISTENCIA

La resistencia a las penicilinas semisintéticas esta mediada por

un cambio en las proteínas ligadoras de penicilina ubicadas

en la pared celular bacteriana conocidas como PBP, el gen

que media esta respuesta es el mec A. Se considera univer-

salmente susceptible a la vancomicina.

En muchos países el SAMR es susceptible a la clindamicina

y esta es usada como alternativa empírica inicial, sin embargo,

debe de prestarse atención cuando siendo susceptible a la

clindamicina exhibe resistencia a la eritomicina, ya que se

puede originar resistencia inducible a clindamicina y por lo

tanto fracaso durante el tratamiento. Esta resistencia inducible

esta mediada por un gen erm condicionando resistencia por

metilasa, por ello la importancia del test de inducción del

disco de difusión (D-test)

(14)

.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS Y

RADIOLÓGICAS

La neumonía por

SA

ocurre entre el 1 al 10% del total de

casos y presenta una alta mortalidad

(15)

. El espectro clínico de

la infección por SAMR varía desde colonización asintomática,

infección de piel o tejidos blandos hasta infección invasiva

con riesgo de muerte

(16)

. Entre el 30 y 40% de los pacientes

hospitalizados que son colonizados desarrollan la infección y

es asociada con enfermedad invasiva y severa

(17)

.

En el 55% de los casos la neumonía resulta por aspira-

ción desde la nasofaringe llegando al pulmón directamente

(enfermedad primaria) o por vía hematógena (enfermedad

secundaria) generalmente desde un foco ubicado en piel y/o

partes blandas

(18)

.

Las manifestaciones clínicas son típicas de cualquier neu-

monía bacteriana, el marcador clínico de mayor sospecha

etológica pudiera ser el de una neumonía que progresa rápi-

damente con deterioro clínico y radiológico severo.

La duración de los síntomas antes de la hospitalización es

significativamente mayor en pacientes con SARM, también

se asocian con más síntomas gastrointestinales e infiltrados

unilobares. Tiene alta mortalidad, larga estancia hospitalaria

y genera altos costos de tratamiento comparado con el

Sta-

phylococcus aureus

Meticilino-Sensible (SAMS)

(19)

. Tres tipos

de complicaciones pulmonares pueden ser observadas:

- Neumonía necrotizante.

- Neumonía con empiema.

- Neumonía con absceso pulmonar.

SA

y virus de la influenza

La NAC por

SA

es una complicación bien conocida de la

influenza. Se ha asociado a enfermedad severa y de alta

mortalidad, aun en individuos previamente sanos, aunque

SA

ha sido comúnmente reportado luego de la infección por

influenza existen algunas evidencias que indican que el virus

puede potenciar la infección bacteriana

(20-22)

. Existen varias hi-

pótesis que explican los mecanismos por medio de los cuales

la influenza aumenta el riesgo para el desarrollo subsecuente

de coinfección bacteriana. Una de ellas sostiene que el daño

epitelial del árbol traqueobronquial incrementa la adherencia

del

SA

bien sea por efecto citopático directo o incremento de

la adherencia mediada por la neuroaminidasa del virus

(23,24)

.

Las Figuras 1a y 1b ejemplifican un caso de neumonía

por

SA

considerada como secundaria y el mecanismo de

producción fue por émbolos sépticos, la patogénesis es la

trombosis vascular adyacente a la lesión del tejido blando u

óseo, las imágenes características consisten en densidades

multifocales. En el hemocultivo se identifico

SA

y del drenaje

quirúrgico se aisló SAMR.

Las Figuras 2a y 2b son de un lactante mayor previamente

sano con diagnostico de Influenza, que desarrollo neumonía

primaria, caracterizada por ser necrotizante con empiema,

del liquido pleural se aisló SARM.

Importancia de la LPV (Leucocidina

de Panton-Valentine)

Un elevado porcentaje de los SAMR aislados expresan LPV;

sin embargo, su rol en la patogénesis es controversial y los

hallazgos conflictivos

(25)

. Es de hacer notar que los estudios en

humanos infectados por

SA

no han encontrando diferencias

clínicas en los resultados finales de las cepas LPV positivas o

las de reducida virulencia o LPV negativa

(26-28)

.

La LPV ejerce efectos variables en el huésped lo cual de-

pende de la cantidad de LPV presente, más allá del umbral de

concentración se comporta como una enzima citolítica con

formación de poros en la membrana de los glóbulos blancos

polimorfonucleares pero por debajo del umbral (nivel subliti-

co) la LPV es capaz de activar a los neutrofilos y granulocitos

estimulando la liberación de citoquinas proinflamatorias lo

cual puede ser favorable para el huésped y resistir así a la

infección

(29,30)

. Un estudio de reciente publicación concluye

que independientemente del efecto citotóxico de la LPV, esta

cumple también un papel importante en el paciente modu-

lando de forma positiva y benéfica la infección por SAMR

(31)

.

TRATAMIENTO

La elección del tratamiento empírico de las NAC se rela-

ciona con la edad del paciente, las características clínicas, los

cambios radiográficos, las condiciones subyacentes y la epide-

miología del área

(32)

. En comunidades con alta prevalencia de

SAMR se debe iniciar terapia empírica aun en los casos leves,

mientras que en las zonas de prevalencia infrecuente el trata-

Neumol Pediatr 2013; 8 (1): 17-21.

Neumonía secundaria a

Staphylococcus aureus

resistente a la meticilina - E. Kassisse et al