Table of Contents Table of Contents
Previous Page  399 / 864 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 399 / 864 Next Page
Page Background

398

La presencia de sangre en la orina de un niño, muchas veces puede ser un hallazgo normal

y transitorio en relación a una infección viral inespecífica, sin embargo, en ocasiones puede ser

la expresión de enfermedad renal o de la vía urinaria. Cualquier patología nefrourológica puede

manifestarse por hematuria en algún momento de su evolución. Su definición es convencional

aceptándose como la excreción de más de cinco glóbulos rojos por campo de mayor aumento

en una muestra de orina fresca y centrifugada a 1.500 rpm durante 5 minutos, o más de 15 GR

por μl.

Si se utiliza cinta reactiva en una muestra de orina no centrifugada el test es positivo con 6

o más glóbulos rojos por ml, sin embargo, para evitar lecturas falsas positivas con este método

deben seguirse estrictamente las indicaciones de introducir brevemente la cinta en la muestra

de orina, eliminar el exceso y leer la cinta al tiempo recomendado por el fabricante. Como no es

un método específico para detectar sangre, si el resultado es positivo debe confirmarse con un

sedimento de orina.

Frecuencia:

0,5-2% de la población infantil (mayor en mujeres), con una incidencia anual

0,4% en niños de 6 a 12 años.

La mayoría de las hematurias en el niño son de origen glomerular, el resto corresponde a

sangramiento extraglomerular.

Desde el punto de vista práctico esta diferenciación es muy importante, porque permite se-

parar dos grandes grupos de causas de hematuria, con una información clínica y de laboratorio

mínima que se resume en el siguiente cuadro:

Glomerular

Extraglomerular

Color

Café

Rojo brillante

Coágulos

No

Frecuente

Dolor

No

Frecuente

Proteinuria

(++)

Escasa

Cilindros GR

Si

No

Morfología GR

Dimorfismo + 80%

Isomorfismo

Acantocitos

> 5%

Los elementos clínicos (color, coágulo, dolor) sólo son de utilidad en presencia de hematuria

macroscópica, en cambio, los elementos de laboratorio sirven tanto en hematuria macro como

microscópica.

Si bien la proteinuria y cilindro de glóbulos rojos apoya el origen glomerular del sangramiento,

su ausencia no lo descarta.

El estudio de la morfología del glóbulo rojo es un buen método diagnóstico. Se efectúa a tra-

vés del examen de una muestra de orina fresca centrifugada, en un microscopio de contraste de

fases, en que se examinan de 50 a 100 células rojas y se determina el porcentaje de disformismo.

La presencia de glóbulos rojos intactos de forma y tamaño, orienta a un origen extra-glomerular.

Más de 80% de GR dismórficos es diagnóstico de sangramiento glomerular.

Un sangramiento glomerular implica la sospecha de una glomerulonefritis y en ese sentido

debe programarse la estrategia diagnóstica, en cambio un sangramiento extra-glomerular orienta

hacia un cuadro de hipercalciuria, litiasis, ITU, nefropatía del reflujo, etc., y requerirá fundamen-

talmente estudio radiológico de vía urinaria.

Hematuria

Enrique Álvarez L.

CAPÍTULO 9