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Tratamiento de las Queratitis Infecciosas no virales
toxicidad local, pero poca penetración corneal.
Las fluoroquinolonas inhiben la DNA
girasa y topoisomerasa IV, bloqueando así
la replicación del DNA bacteriano. Son
antibióticos de amplio espectro, tienen mayor
actividad sobre Gram (-) que sobre Gram
(+), también sobre algunos Staphylococcus
meticilina resistentes. Tienen una muy
buena penetración ocular, algunos efectos
adversos descritos son depósitos cristalinianos,
alteración del colágeno y en la función
de los queratocitos. Las fluroquinolonas
usadas en QB son las de cuarta generación:
moxifloxacino, gatifloxacino. La adición de
un grupo metoxi a su estructura química le
confiere un mayor espectro de acción, con
actividad sobre gérmenes que son resistentes
a otras quinolonas, especialmente Gram (+).
Además, serían más potentes y menos tóxicos.
Existen algunos gérmenes resistentes a las
fluoroquinolonas de cuarta generación
como monoterapia: Streptococcus viridans,
Streptococcus anaerobios, Pseudomonas
no aeruginosa, anaerobios, Staphylococcus
meticilina resistentes.
VIAS DE ADMINISTRACIÓN
La vía de administración más usada en QB es
la vía tópica. Los antibióticos subconjuntivales
y sistémicos se reservan como coadyuvantes,
ya que serían menos efectivos que los tópicos.
Estas dos vías se reservan como complemento
para casos de QB más severas, con perforación
inminente, infección extensa (esclera,
endoftalmitis), queratitis por gonococo o en
casos de adherencia al tratamiento dudosa
TRATAMIENTO INICIAL
Existen dos formas descritas de tratamiento
inicial, el tratamiento empírico y el tratamiento
según cultivo. Según algunos estudios, la
práctica más común es el inicio de tratamiento
sin cultivo, esta práctica se debería a la
efectividad de las fluoroquinolonas sobre
la mayoría de los agentes causantes de QB.
Según un estudio de McDonell y cols., en
560 pacientes con úlcera corneal, sólo en el
14,5% se tomó muestra para cultivo previo al
inicio de tratamiento antibiótico. Se cree que
esto se debería en parte a la gran efectividad
de las fluoroquinolonas, en parte a que el
tiempo y costo económico de los estudios
microbiológicos lo haría poco practicable en
algunos casos y, a la percepción errónea de
que los cultivos tienen bajo rendimiento y que
no cambian la conducta terapéutica posterior.
A pesar de que la práctica del tratamiento
empírico sería común, la mayoría estaría
de acuerdo en que siempre debe intentarse
tomar una muestra para cultivo previo
al inicio del tratamiento, a menos que el
paciente consulte ya con tratamiento, como
ocurre en muchas derivaciones desde
atención primaria o servicios de urgencia.
En estos casos puede ser aconsejable
suspender el tratamiento antibiótico por
24 a 48 horas y cultivar, posteriormente
reiniciando el tratamiento. Lo mismo en
casos que no responden al tratamiento inicial.
En general, es aconsejable usar al inicio y
luego de tomar una muestra para cultivo,
antibióticos de espectro amplio, ya sea
monoterapia o combinados y, luego adaptar
el tratamiento según el resultado del cultivo
y la respuesta clínica.