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Nuestra Señora del Rosario, San Francisco de
Borja y del Salvador, pero un estudio de las
necesidades de Santiago, cuya población
urbana se estimaba en
30.000
habitantes y en
12.000
más la de sus alrededores, llevó a la
conclusión que debían aumentarse. Se acudió
al procedimiento de “plantar cirugías”, o sea,
colocar en medio de las salas una tercera fila
de camas suplementarias, pero como quedasen
muy congestionadas, se fue resueltamente a la
instalación de nuevas salas. Así la sala de la
Santísima Trinidad se dotó con
20
camas para
cirugía, se estableció una con
8
camas para
“vigiladas de lúes venérea”, y otra con
16
“para
aquellas enfermas que o desde su ingreso o de
resultas de otras enfermedades hayan contraído
calenturas o dolencias contagiosas” y, por último,
una “sala de convalecencia que aunque solo
permite su latitud un orden de camas se han
ubicado
16
”, con lo cual el número total se
elevó de todo lo necesario con la renta
de $
9,400
que anualmente producen las
dos haciendas”.
En el primer año de su funcionamiento se
atendieron
710
enfermas, de las cuales
fallecieron
103
y el año de
1782
se inició con
83
enfermas.
En
1783
falleció Don Diego Portales y el
Gobernador confirió el cargo de mayordomo
a Don Ignacio Irigaray, a quien correspondió
estudiar las ordenanzas definitivas del Hospital
y que fueron aprobadas el
1
° de febrero de
1785
por la Real Audiencia cuyo Presidente
era el Gobernador Don Tomás Álvarez de
Acevedo, que ostentaba además el pomposo
título de Señor Regente Visitador y Proyector
de la hospitalidad.
Al aprobar la Real Audiencia el “Reglamento de
Ordenanzas que debe observarse en el gobierno
político, interior y económico del Real Hospital
de San Francisco de Borja”, modificó las
aplicaciones de la Junta de Temporalidades.
“Destinase, pues, para esta fundación, con el
nombre de Hospital Real de San Francisco
de Borja el Colegio que bajo el mismo título
sirvió de Noviciado a los religiosos expatriados,
aplicándosele para fondo de subsistencia y
precisos gastos de fábricas las haciendas de
Bucalemu y San Pedro de Quillota, con la
pequeña viña y bienes anexos al Colegio
en que está fundado el Hospital, cuyas
ordenanzas para su gobierno interior, político y
económico contiene este breve tratado”.
La aplicación que hizo la Junta de Temporalidades
fue aprobada por Real Orden del
28
de junio
de
1786
.
Santiago, enero
28
de
1992
- cfc
Documento llegado al Dr. Francisco Barrera Q.,
en
1999,
cuyo autor no ha sido identificado.