

Neumol Pediatr 2015; 10 (4): 179 - 185
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Las facetas radiológicas de la tuberculosis pulmonar
lóbulos superiores (Figura3). La cavitación es una de las
características de la enfermedad parenquimatosa post primaria,
afectando aproximadamente a un 50% de los pacientes (4,5).
En las imágenes aparece como una cavidad de pared gruesa
e irregular, la que puede disminuir de grosor en la medida que
avanza el tratamiento. La resolución de estas lesiones puede
determinar la presencia de cicatrices (bandas densas) o cambios
enfisematosos (2).
La presencia de un nivel liquido/aire en relación a la
cavidad debe hacer sospechar la presencia de sobreinfección.
En el caso de existir diseminación a través del árbol
traqueobronquial, este se manifestará en la tomografía
computada, como se mencionó antes, por la presencia de
opacidades centrolobulillares con el aspecto de “árbol en brote”.
El compromiso de la vía aérea, se caracteriza por la presencia
de áreas de estenosis bronquial, el cual puede ser observado en
alrededor de 10% a 40% de los pacientes (4).
La afectación pleural es más frecuente en los
casos de tuberculosis primaria y habitualmente está asociado
a compromiso parenquimatoso, siendo el derrame de tipo
complejo, con múltiples septos en su interior.
TUBERCULOSIS CONGÉNITA O CONNATAL
Transmitida por la madre al feto vía transplacentaria
o en canal del parto. Es de destacar que el recién nacido puede
estar asintomático las primeras 2-4 semanas, con radiografía
de tórax normal. Cuando enferma el patrón más habitual es de
tuberculosis miliar (3).
SEGUIMIENTO RADIOLÓGICO DE RESPUESTA AL TRATAMIENTO
Junto a la clínica, es fundamental en niños el
seguimiento radiológico puesto que raramente se dispone de
la respuesta bacteriológica como herramienta de respuesta
favorable. En general la regresión radiológica es lenta e incluso en
los primeros 3 meses de tratamiento pueden progresar debido a
la respuesta de hipersensibilidad que sigue a la infección inicial.
Entre 6 meses a 2 años se demoran en regresar las lesiones en
la radiografía de tórax. Pueden persistir adenopatías, lesiones
cicatriciales o calcificaciones por muchos años (3).
CASOS CLINICOS
CASO 1
TBC pulmonar primaria, con progresión a TBC pulmonar
progresiva.
Escolar, varón, de 14 años, previamente sano, 5 meses antes
del ingreso presenta neumonía adquirida en la comunidad, con
imagen en base de lóbulo superior izquierdo (Figura 1a). Se
maneja en forma ambulatoria y mejora, no se controla radiografía.
Permanece asintomático del punto de vista respiratorio, y se
hospitaliza por cuadro de decaimiento, fiebre y dolor torácico.
La radiografía de tórax al ingreso muestra derrame pleural
(Figura 1b)
Punción pleural: predominio linfomonocítico, cultivo (–), ADA:
58 BK (–). Cultivo a los 30 días (–) No se pudo obtener muestra
de expectoración.
Por adenopatías múltiples se realiza tomografía computada con
contraste (Figura 1c)
No se obtiene confirmación bacteriológica, pero se realiza
ELISPOT que resulta positivo.
Figura 1a.
Radiografía de tórax, proyección frontal y lateral. Se observa
foco de condensación en relación al tercio medio del campo pulmonar
izquierdo, asociado a leve ensanchamiento del hilio izquierdo, de
contorno convexo, sugerente de adenopatias.
Figura 1b.
Radiografía de torax frontal. Se observa extenso derrame
pleural que ocupa los dos tercios inferiores del campo pulmonar
izquierdo