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de un tumor carcinoide típico hubiera sido más
precisa. En general, estos suelen tener una alta
vascularización, mejorando notablemente su
distinción de una atelectasia obstructiva o de una
condensación mucopurulenta. Esta diferenciación
no es posible en un estudio no contrastado
1
. Por
su ubicación central, la mejor forma de observar
y tomar muestras para biopsia de la lesión es una
fibrobroncoscopía (FBC). Esta se ve beneficiada
por el hecho, de que la mayoría de estos tumores
tiende a situarse en zonas de bifurcación
1,2
. Un
porcentaje importante de los tumores carcinoi-
des (30%) tienen algún grado de calcificación al
momento de la FBC, incluso en algunos casos
pueden tener una calcificación completa (osifica-
ción). Lo cual no sucedió con nuestra paciente, ya
que el tumor a pesar de ser central, se encontraba
friable, y con tejido de granulación.
La utilidad del PET-SCAN en el estudio de tu-
mores carcinoides de origen pulmonar no es bien
clara, debido a que tiene una sensibilidad que
puede variar desde 14 a 100%, dado a la escasa
actividad que presenta con la fluorodesoxigluco-
sa. No obstante, gracias a que los tumores car-
cinoides contienen receptores de somatostatina,
se ha comenzado a utilizar esta misma técnica,
pero con análogos de la somatostatina, los cuales
ayudan a la localización del tumor
1
. Dentro de
los objetivos de la realización del PET-SCAN
fue visualizar posibles lugares de metástasis.
Sin embargo, este tipo de tumores, sobre todo el
carcinoide típico, suelen tener escasa probabili-
dad de metastizar, aun así, existe un 3 a 5% de
posibilidades de metástasis a distancia, las cuales
son más frecuentes en hígado, huesos, glándula
suprarrenal, y cerebro. En nuestra paciente, no
se encontraron lesiones metastásicas, lo cual
concuerda con el comportamiento típico de este
tipo de carcinoides.
En el caso de nuestra paciente, además de la
búsqueda de metástasis, el PET-SCAN era de
gran utilidad para descartar algún otro origen
del tumor carcinoide, debido a que este tipo de
TNE es más usual de encontrar a nivel de tracto
gastrointestinal (90%)
1
, por lo cual, era necesa-
rio descartar la presencia de un tumor primario
extrapulmonar.
En cuanto a la clínica, este tipo de tumores
tienden a ser poco sintomáticos, sobre todo los
de grado de malignidad bajo e intermedio, como
lo son los tumores carcinoides. Es por ello, que
no es de extrañar que la presentación clínica del
cuadro en nuestra paciente haya sido tan inespecí-
fico en un principio, simplemente con infecciones
respiratorias bajas repetidas, que no produjeron
extrañeza en los clínicos, hasta que la masa se
hizo evidente en el estudio radiológico. A pesar,
que la presentación de síndromes paraneoplásicos
secundarios a la hipersecreción de ciertos com-
puestos neuroendocrinos, como la serotonina, y
ACTH son característicos de este tipo de tumo-
res, es de importancia recordar que lo son en su
mayoría en los tumores de origen gastrointestinal,
es por ello, que nuestra paciente nunca presentó
este tipo de síndromes, como el síndrome carci-
noide y de Cushing respectivamente
1
.
El tratamiento de elección en pacientes que
presentan TNE de bajo grado de malignidad es el
quirúrgico. Sin embargo, siempre el menos inva-
sivo posible es una alternativa deseable. Dentro
de estas técnicas mínimamente invasivas están la
resección endobronquial o citorreducción mecá-
nica con FBC, láser, crioterapia, o electrocauteri-
zación
6,7
. Este tipo de tumores, no son sensibles
a la quimioterapia, por lo cual siempre la primera
opción será la quirúrgica. Incluso en casos de
metástasis, cuando son lesiones únicas, pueden
ser removidas en el primer acto quirúrgico, como
lo son las lesiones únicas hepáticas
6
. Las técnicas
quirúrgicas son múltiples, siendo las más frecuen-
tes la lobectomía y la resección limitada al tumor.
Sin embargo, es la primera opción la que presenta
una mejor sobrevida con 20 años en promedio,
versus
15 años con la resección limitada.
Pacientes como la de nuestro caso clínico, con
un TNE carcinoide típico no metastizado, que son
sometidos a resección quirúrgica, presentan una
sobrevida a 5 años de aproximadamente el 100%,
por lo cual, es menester aprovechar este buen
pronóstico, para aplicar un tratamiento oportuno
que minimice al máximo todo tipo de complica-
ción a largo plazo
6
.
Conclusiones y recomendaciones
Los TNE como entidades neoplásicas, en ge-
neral siguen siendo poco frecuentes, y sea cual
sea su origen tienen una forma de presentación
clínica, epidemiología, tratamiento y pronóstico
muy distinto entre los diferentes tipos, y aún más
según su origen embriológico. Como ya hemos
visto los tumores de origen pulmonar constituyen
la presentación menos frecuente, y dentro de es-
tos, el tipo carcinoide típico es uno de los menos
frecuentes, es por ello, que llama la atención el
diagnóstico de nuestra paciente, además, por su
forma de presentación clínica, ya que en este tipo
de tumores tiende a ser un tanto confundente, e
inespecífico.
Es necesario un alto nivel de sospecha por par-
te del clínico, no para el diagnóstico de un TNE,
J. Caviedes M. et al.
Rev Chil Enferm Respir 2017; 33: 47-53