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Tomo VI Vol. V N˚1-2-3 · 2014 · Santiago - Chile

específicas y no hay historia de trauma claro

9

.

Algunos estudios que pueden aportar

información para el diagnóstico son

9

:

• Hemograma y estudios de coagulación,

que podrían orientar hacia un trastorno de la

coagulación no diagnosticado. Recordar que

la presencia de estos trastornos no excluye

la posibilidad de maltrato.

• El estudio de líquido cefalorraquídeo

debe ser obtenido si existe la posibilidad

de meningitis como diagnóstico diferencial.

La presencia de GR puede indicar injuria

intracraneal. Se cree que en un futuro será

de mayor utilidad para la búsqueda de

marcadores neurales tales como la enolasa

neuroespecífica, S100B y proteína básica de

mielina (también podrían encontrarse en la

sangre). Se postula que su presencia en el

LCR o en la sangre tendría una sensibilidad de

79% y una especificidad de 100%, ayudando

a determinar que niños requerirían mayor

estudio

4

.

• Electrolitos, función hepática y renal,

principalmente para evaluar daño a otros

órganos y anormalidades metabólicas.

2. IMAGENOLOGÍA

Las neuroimágenes son esenciales en la

evaluación de todo niño en que se sospecha

AHT. Ayuda a establecer el diagnóstico, la

extensión y aporta una sugerencia sobre el

tiempo de evolución de las lesiones

9

.

La tomografía computada de cerebro sin

contraste, con ventana ósea y cerebral, se

recomienda para la evaluación inicial de estos

niños, ya que está disponible ampliamente y

reconoce las injurias que requieren de una

intervención inmediata

9

.

La resonancia nuclear magnética sin contraste,

se recomienda para la evaluación de pacientes

asintomáticos y para el seguimiento de

víctimas de AHT. Es superior al TAC para

documentar el patrón, la extensión y datar

el origen de las lesiones

9

.

3. RADIOGRAFÍAS

Debe solicitarse radiografías del esqueleto

axial (tórax, pelvis, cráneo, columna cervical

y lumbar) y de huesos largos (humero, femur,

tibia y fibula, radio y ulna) para buscar lesiones

nuevas y antiguas

9

.

4. EVALUACIÓN POR OFTALMÓLOGO

Todo niño en que se sospecha AHT debe

tener un fondo de ojo, realizado por oftal-

mólogo para identificar lesiones oculares

características

9

(médicos no oftalmólogos

fallan en detectar lesiones en un 29% de

los casos, aproximadamente

11

). Además la

documentación fotográfica de estas lesiones

puede ser de ayuda como prueba durante

un juicio.

DIAGNÓSTICO

Establecer el mecanismo de las lesiones

sospechosas es fundamental, ya que es

indispensable para salvar la vida del niño

y por otro lado las consecuencias de un

error diagnóstico y falsas acusaciones, son

devastadoras para el paciente y su familia

9

.

No existen lesiones patognomónicas de AHT,

sin embargo hay hallazgos clínicos que nos

orientan al diagnóstico, tales como

14

:

• Historia inadecuada, no consistente con

las lesiones o ausente.

• Apnea o convulsiones en la primera

consulta

• Fracturas costales, metafisiarias o de

huesos largos

• Hemorragias retinales

• Hemorragia subdural

• Fracturas de cráneo asociadas a injuria

intracraneal

• Isquemia cerebral demostrada con

neuroimágenes

También hay combinaciones que aumentan la

probabilidad de que el origen de las lesiones

sea no accidental, tales como

15

: