

Revisión bibliográfica Shaken Baby Syndrome
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• Baja probabilidad: lesión intracraneal
aislada
• Moderada probabilidad: lesión intracraneal
asociada a fractura de huesos largos
• Alta probabilidad: lesión intracraneal
asociada a hemorragia retinal, fractura costal,
apnea y/o convulsiones.
Existen estudios para evaluar la posibilidad
de AHT según los hallazgos oculares. Una
revisión de 20 estudios observacionales, que
comprendió 1948 niños, 242 con lesiones
no intencionales y 973 víctimas de AHT,
encontró lo siguiente
16
:
• Las hemorragias intraoculares se encuentran
en 44 a 100% de los casos de AHT pero solo
en 0 a 10% de los casos de trauma accidental.
La sensibilidad del hallazgo es de 75% y la
especificidad de 94% para abuso infantil. La
especificidad aumenta si la hemorragia es
bilateral, prerretinal, periférica y moderada
a severa.
• Los pliegues retinales y la retinosquisis
se ven en un pequeño porcentaje de los
niños víctimas de AHT y se ven con mayor
frecuencia en las autopsias. No fueron descritos
en niños con trauma accidental, por lo que
se postulan como altamente específicos de
AHT.
• La hemorragia de la vaina del nervio
óptico fue descrita en 50% de los niños
víctimas de AHT versus 29% de los niños
con trauma accidental, siendo este un signos
menos específico de abuso.
Por lo anterior, frente a la sospecha de AHT, se
debe llevar a cabo una evaluación completa
y multidisciplinaria
9
.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Existe una variedad muy amplia de diagnósticos
diferenciales para las lesiones encontradas en
el abuso infantil, sin embargo, es necesario
recalcar que la presencia de cualquiera de
estos diagnósticos no excluye la posibilidad
de un AHT concomitante.
1. TRAUMA CRANEOENCEFÁLICO
ACCIDENTAL
El trauma accidental comparte muchas carac-
terísticas clínicas con el AHT, sin embargo se
sospecha abuso por la combinación de historia
no concordante y lesiones características
9
.
Las lesiones son normalmente menores en
número, menos extensas y concordantes con
la energía y mecanismo de trauma. Además
destaca que en niños con historia de abuso, es
más frecuente encontrar lesiones en distintos
estadíos, tales como hematomas subdurales
de distintas densidades
9,11
.
2. TRAUMATISMO AL NACER
El parto puede provocar tanto hematomas
subdurales como hemorragias retinales, esto
se ha visto tanto en cesáreas como en partos
naturales, pero es de mayor frecuencia en
partos instrumentalizados (vacuum o fórceps).
Normalmente las lesiones son localizadas,
pequeñas y se resuelven dentro del primer
mes de vida
9
.
Dentro de los niños examinados con fondo
de ojo en las primeras 24 horas de vida,
se describen hemorragias retinales en un
rango de 20 a 30 % de los casos. Pueden ser
numerosas y extenderse a la periferia, similares
a los del AHT. La hemorragia subretinal es
rara y la retinosquisis no se asocia a estos
traumatismos
11
.
3. HEMORRAGIA INTRACRANEAL
La hemorragia intraocular puede ocurrir en
asociación con una hemorragia intracraneal
y la elevación consiguiente de la presión
intracraneal, aunque normalmente la severidad
de la hemorragia retinal es limitada e ipsilateral.
Esto es conocido como síndrome de Terson,
generalmente secundario a la rotura de un
aneurisma cerebral, pero es muy inusual su
presentación en niños
11
.