

junio
2016.
Volumen
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principalmente relacionados con la patología de
la cadera en niños, tales como luxación de cadera,
displasia epifisiaria, enfermedad de Perthes (o
también llamada Legg-Calvé-Perthes), epifisiolisis,
etc. Esto le valió ser reconocido tanto nacional
como internacionalmente.
En el año
2003
publicó el libro “Enfermedad
Luxante de Cadera” en que exponía su experiencia
de más de
40
años de trabajo metódico en relación
a ésta patología. Gracias a su empeño por fin
se logró una norma en Chile relacionada con el
diagnóstico precoz y tratamiento de la
displasia
luxante de cadera
(hoy patología GES).
Asistió a numerosos congresos en Alemania,
Inglaterra, España, Francia, Austria, Suiza, Estados
Unidos, América Latina, Japón, China, entre otros,
aportando en todos ellos su experiencia y
trayendo novedades, las que una vez analizadas,
se ponían en práctica en su Servicio. Esto es
una de las razones por las cuales el Servicio de
Ortopedia y Traumatología Infantil del Hospital
Arriarán fuera el más prestigioso servicio público
de Santiago de la época. ¡Que orgullo se sentía
pertenecer a él!.
Fue miembro de numerosas sociedades científicas:
-Sociedad Chilena de Pediatría desde el
20
de julio
de
1950
.
-Sociedad Chilena de Ortopedia y Traumatología
(SCHOT) y presidente de ella en el año
1969.
-Sociedad Latinoamericana de Ortopedia y
Traumatología (SLAOT).
-Sociedad Internacional de Cirugía Ortopédica y
Traumatológica (SICOT).
-Sociedad Alemana de Ortopedia y Traumatología.
-Socio honorario de la Sociedad Argentina de
Ortopedia y Traumatología Infantil.
-Socio honorario de la Sociedad Uruguaya de
Ortopedia y Traumatología.
-Miembro extranjero de la EPOS (European
Pediatric Orthopaedic Society).
-Miembro correspondiente de las Sociedades de
Ortopedia y Traumatología de Perú y Colombia.
El doctor Raimann, siempre reconocía el especial
apoyo y comprensión de su esposa, la Sra. Erna
Ballas Ostergaard, quien le acompañaba desde el
año
1952
, con quien tuvo tres hijos, también
médicos: Alfredo (radiólogo), Erna (pediatra)
y Roberto (ortopedista infantil). Ella siempre le
estimulaba para que se dedicara por entero a su
profesión, “sueño de un muchacho provinciano
convertido en realidad” según sus propias
palabras. También agradecía a sus maestros del
antiguo Hospital de Niños Manuel Arriarán, los
doctores Julio Meneghello, César Izzo, Agustín
Inostroza, Olimpo Molina y Alberto Veloso.
Las cualidades de este hombre íntegro son
muchas, podríamos decir por ejemplo, que era
un líder, responsable, estudioso, perseverante,
hábil cirujano y a la vez bondadoso y con ansias
de enseñar su oficio.
Ha dejado muchas enseñanzas científicas y
conceptos morales y éticos que han marcado a
todos los que hemos trabajado en su Servicio.
Decía, “es en el hospital donde se forman los
especialistas, donde maestros y discípulos
trabajan, estudian y resuelven problemas en
conjunto, impulsados solamente por el deseo de
mejorar a los pacientes”.
Nos instaba a ser exigentes con nosotros mismos,
a tener una metodología de trabajo (ahora se
llaman protocolos), a analizar los resultados y
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