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– Palpación: Frémitos en horquilla esternal, cuello, tórax, buscar pulsos y sus características

en las cuatro extremidades (pulsos saltones: ductus; ausencia de pulsos en extremidades

inferiores: coartación aórtica). A nivel abdominal buscar hepatomegalia.

– Auscultación: Tonos cardíacos, FC, ritmo, presencia de soplos (tiempodel ciclo cardiaco, duración,

intensidad, localización, irradiación y calidad). En examen pulmonar ruidos bronquiales finos.

Laboratorio

– Hemograma, electrolitos plasmáticos, hormonas tiroideas (en determinados casos).

– Electrocardiograma: Determinar ritmo, eje QRS, reacción de cavidades, intervalos.

– Ecocardiograma: 2 D y Doppler cardíaco color.

– Radiografía de tórax AP y lateral.

– Test de esfuerzo.

– Holter de ritmo.

– Cateterismo cardiaco y angiografía: En aquellos casos en que es necesario precisar la anatomía

cardíaca para someterlos a cirugía (cuando el estudio ecocardiográfico no ha permitido un

diagnóstico exacto) o es necesario realizar cateterismo intervencional.

CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS ACIANÓTICAS

Cardiopatías con cortocircuito de izquierda a derecha

El cortocircuito puede ocurrir a diferentes niveles, en el septum interauricular (CIA), en el

septum interventricular (CIV); a nivel del septum interauricular e interventricular en el canal

aurículo ventricular, entre las grandes arterias (ductus arterioso persistente) o drenaje venoso

pulmonar anómalo parcial (DVPAP).

Las alteraciones fisiopatológicas del cortocircuito de I-D son fundamentalmente sobrecar-

ga o aumento del flujo pulmonar, que está en relación con la magnitud del defecto y el nivel

anatómico en que ocurre. Se produce sobrecarga de volumen de las cavidades cardíacas que se

dilatan. Un cortocircuito de I-D importante y mantenido va a producir hipertensión pulmonar

(HTP), que inicialmente será de flujo, pero al ser mantenida en el tiempo lleva a engrosamien-

to de la túnica media arteriolar y de la íntima arteriolar, provocando aumento de la resistencia

vascular pulmonar. Las alteraciones de la íntima van a progresar a hialinización y fibrosis, con

alteración irreversible del árbol vascular pulmonar, llegando a producirse el síndrome de

Eisenmenguer en que se revierte el cortocircuito de derecha a izquierda.

Comunicación interventricular (CIV)

Corresponde a la CC más frecuente. Se produce un cortocircuito de I-D, con aumento del

flujo pulmonar y retorno aumentado a la aurícula izquierda y ventrículo izquierdo, con

sobrecarga de volumen de las cavidades izquierdas.

Localización anatómica

– Perimembranosa (membranosas, infracristales o conoventriculares): Son las más frecuentes

(80%). Se puede extender hacia el infundíbulo, zona trabecular o cámara de entrada.

– Infundibulares (supracristales, conales, subpulmonar o subarterial doblemente relacionadas):

Bajo los velos pulmonares. Se asocian a insuficiencia aórtica.

– Muscular o septo trabeculado: Con frecuencia son múltiples (queso suizo).

– Posterior o tipo canal en relación la cámara de entrada, por detrás de la valva septal de la tricúspide.

Diagnóstico

• Clínica: Su manifestación va a depender del tamaño de la CIV y por lo tanto de la magnitud

del cortocircuito. En general es raro que se descompensen en el periodo de recién nacido

Cardiología