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Síndrome febril prolongado
Carmen L. Avilés L.
CAPÍTULO 7
El síndrome febril prolongado (SFP) corresponde a una patología poco frecuente, de difícil
diagnóstico y motivo de preocupación para los padres y médicos tratantes. No hay consenso en
su definición y los reportes son escasos en niños. En cuanto a etiología hay diferencias geográficas
dadas entre otros por la presencia de diferentes vectores. Las patologías prevalentes son diferentes
en países desarrollados y subdesarrollados y también el acceso a test diagnósticos.
La primera definición de SFP la efectuó en adultos Petersdorf y Beeson en 1961, con fiebre
de más de 38,3 °C en varias ocasiones, persistiendo sin diagnóstico por al menos tres semanas,
a pesar de al menos una semana de investigación internado en el hospital, posteriormente se
ha modificado esta definición incluyendo la mayor parte del estudio en forma ambulatoria más
que en el hospital. En series de SFP pediátricas las definiciones varían ampliamente con tempera-
tura > 38,3 °C, sin signos ni síntomas de localización por 5 a 7 días, fiebre repetida en paciente
ambulatorio > 3 semanas, o fiebre con temperatura >38 °C rectal o > 37,5 °C axilar en paciente
hospitalizado con una evaluación completa por > 1 semana sin historia, examen físico o exámenes
de laboratorio que orienten a una causa específica.
El aumento de pacientes con compromiso inmunitario especialmente pacientes con virus de
inmunodeficiencia humano, el aumento de tratamientos intensivos y la actual complejidad qui-
rúrgica ha hecho más complejo el diagnóstico de cuadros febriles en ellos que en esta revisión no
serán tratados. Las distintas series concuerdan en que el diagnóstico final corresponde en general
a etiologías relativamente habituales de presentación atípica.
A pesar del estudio diagnóstico exhaustivo y de los avances en exámenes de laboratorio e
imagenológicos, entre 15% y 30% de los casos quedan sin un diagnóstico etiológico preciso.
En distintas series se diferencia la etiología según nivel de desarrollo del país, así en un reporte
con una revisión sistemática de 1.638 niños con SFP (Chow A.), la etiología infecciosa corres-
pondió al 51% de los casos, enfermedades del colágeno al 9%, neoplasias 6%, misceláneas no
infecciosas 11%, incluyendo enfermedad inflamatoria intestinal, autoinmunes no especificadas
en países desarrollados y enfermedad de Kawasaki en países subdesarrollados y sin diagnóstico
el 23%. De las enfermedades infecciosas el 59% eran de causa bacteriana con diagnósticos co-
munes como brucelosis, tuberculosis y fiebre tifoidea en países subdesarrollados y osteomielitis,
tuberculosis y bartonellosis en países desarrollados e infección urinaria en ambos. La mayoría de
los niños sin diagnóstico tuvo resolución completa sin secuelas después de la investigación.
En nuestro país el panorama ha ido cambiando con predominio de patología infecciosa en las
primeras descripciones, con fiebre tifoidea y tuberculosis como las primeras causas y un aumento
de la patología reumatológica, con cambio en la etiología infecciosa de tifoidea a bartonellosis
como primera causa, en una población con elevada prevalencia de anticuerpos a
Bartonella hen-
selae
por alta tasa de exposición a este agente, e infección urinaria y mononucleosis como las
etiologías siguientes.
En la serie de Viviani se obtuvo diagnóstico etiológico preciso en 74% de los pacientes estu-
diados y dentro de las etiologías encontradas la más frecuente fue la infecciosa en 24 pacientes
(68%), seguida de la reumatológica en 2 pacientes (6%), sin ningún caso de etiología neoplásica.
En 9 pacientes (26%) no fue posible determinar una etiología específica.
En niños menores la ITU sigue siendo una causa importante de SFP especialmente lactantes
y preescolares, en los cuales es característica la ausencia de síntomas, dificultando la sospecha
clínica, por lo que debe ser considerada dentro de las causas de SFP, aun en presencia de un
sedimento de orina normal. En la infección por virus Epstein Barr (VEB) el diagnóstico se realiza
habitualmente en forma precoz por los hallazgos característicos de esta enfermedad y se prolon-
gan aquellos casos con ausencia de síndrome mononucleósico clásico, más frecuente a edades
menores. En SFP, los casos sin diagnóstico etiológico definitivo están influenciados por la limitación