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Contenido disponible en

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pudiendo clasificarlos según el sitio anatómico de obstrucción.

En la historia del paciente antecedentes clínicos como presen-

cia de ronquido, estridor, respiración ruidosa, somnolencia,

dificultad respiratoria con la alimentación o apneas del sueño

sugieren una vía aérea superior lábil ante cualquier interven-

ción. Información relativa a morbilidad previa como croup

recurrente, absceso amigdaliano, cirugías previas de cabeza y

cuello, radioterapia en cualquier segmento de la vía aérea y

tumores pueden condicionar una VAD. Por último condicio-

nes asociadas que pueden determinar un mayor riesgo ante

un procedimiento como la presencia de aspiración pulmonar

crónica por daño neurológico o reflujo gastroesofágico deben

ser tomados en cuenta por la abundante secreción que pue-

de presentar el niño y la dificultad que esto trae en el éxito

de cualquier procedimiento.

La exploración física completa de cabeza, cuello y co-

lumna cervical debe ser exhaustiva y metódica para anticipar

puntos de obstrucción. Se debe observar permeabilidad de

las narinas, apertura oral, arcada dental, movilidad tempo-

romandibular y cervical. El aspecto general del niño es un

indicador confiable de severidad, de modo que la presencia

de polipnea, uso de musculatura accesoria, cianosis y estridor

en reposo sugieren una potencial VAD.

Existen mediciones clínicas utilizadas en población adulta,

sin embargo, no han sido validadas en niños y son difíciles de

aplicar en pacientes que no colaboran. Entre las más utiliza-

das están la clasificación de Mallampati (Tabla 4) que valora

la visualización de las estructuras anatómicas faríngeas con el

paciente sentado con la boca completamente abierta y la dis-

tancia tiroidea mentoniana que valora distancia existente entre

la escotadura superior del cartílago tiroides y el borde inferior

del mentón en posición sentada con la cabeza extendida y la

boca cerrada. Ambas poseen baja sensibilidad y especificidad

para pronóstico de vía aérea crítica.

Estudios adicionales de laboratorio pueden ser de gran

utilidad para anticipar una VAD tanto en condiciones de evo-

lución aguda o crónica. En forma general, los gases arteriales

podrían mostrar la presencia de hipoxemia y/o hipercapnia

como manifestación de hipoventilación pero su utilidad es

baja puesto que estas alteraciones suelen ser tardías.

El estudio de función pulmonar con curvas flujos/volumen

puede demostrar obstrucción de vía aérea fija o variable,

extra o intratorácica y orientar la necesidad de estudios in-

vasivos, aunque la utilidad de estas mediciones está limitada

a su realización en niños que colaboren y que no presenten

obstrucción significativa en el momento de la prueba.

Los estudios de imágenes, desde radiografía tórax en sus

proyecciones anteroposterior y lateral, la tomografía axial

computada o resonancia nuclear magnética cervical y de tórax

tienen como objetivo definir con mayor precisión el carácter

y extensión de una determinada lesión, como en el caso de

absceso retrofaringeo, periamigdaliano, tumores de vía aérea,

linfangiomas o higromas cervicales y obstrucción traqueal por

compresión extrínseca entre otros. La utilidad varía de acuer-

do a la condición que se considera y generalmente se trans-

forma en un complemento de la evaluación endoscópica.

La visualización de la vía aérea se puede realizar por

laringoscopia directa, broncoscopía rígida y flexible. Todos

estos procedimientos permiten analizar de forma directa la

permeabilidad de la vía aérea y estimar el riesgo de cada

paciente en desarrollar una VDA. Los resultados son depen-

dientes directamente de la situación clínica y de la destreza

del operador. La broncoscopía flexible tiene como ventajas

evitar anestesia general, baja incidencia de complicaciones y

favorece el estudio dinámico de la vía aérea hasta la tercera

y cuarta generación bronquial, pero como complemento la

broncoscopía rígida permite evaluar con mayor precisión

la patología de cuerdas vocales, glotis posterior, subglotis y

tráquea además de complementar con técnicas invasivas la

certeza diagnóstica a través de la toma de muestras.

MANEJO

El enfrentamiento de un paciente con vía aérea difícil debe

considerar el nivel en que ocurre la obstrucción, la forma de

presentación (aguda o crónica) y el escenario clínico en que

se presenta, sea en el ámbito anestésico o fuera de este. Para

cualquier condición el enfoque de una situación compleja

debe ser multidisciplinaria con la participación de intensivistas,

especialistas en endoscopía y equipo quirúrgico. Independien-

te de la etiología de la obstrucción, el objetivo principal de su

manejo debe ser mantener la permeabilidad de la vía aérea.

Se debe considerar que la principal diferencia entre el niño

y el adulto no radica en algún elemento anatómico crítico

del niño sino en la rapidez con que este paciente desarrolla

hipoxemia significativa.

El tratamiento de la vía aérea crítica comienza con re-

cuperar o mantener la permeabilidad de esta a través de la

ventilación con máscara y bolsa. La habilidad para realizar

estas maniobras es fundamental en el manejo de la vía aérea.

Los elementos para realizar ventilación de esta forma están

disponibles en todos los niveles de complejidad de atención

médica y debiera ser dominada por todo pediatra que trabaja

en unidad de emergencia, hospitalizado o sala de procedi-

mientos y anestesia. Muchas veces el problema para lograr

una adecuada ventilación consiste en aplicar un buen sello en

los bordes de la máscara. Para esto es indispensable posicio-

nar de forma correcta la cabeza y traccionar la mandíbula para

favorecer una ventilación gentil y eficiente. Recientemente se

ha validado en muchos escenarios el uso de máscara larín-

gea para la mantención de la permeabilidad de la vía aérea;

su manipulación es simple y el resultado es generalmente

óptimo. La única dificultad en la instalación puede ser el des-

plazamiento de la epiglotis hacia distal con la resultante obs-

trucción de la vía aérea. El tercer paso y más invasivo consiste

en realizar intubación endotraqueal bajo visualización directa

Tabla 4. Clasificación de Mallampati

Estructuras visibles

Clase I

Paladar blando, úvula y pilares amigdalinos

Clase Ii

Paladar blando y úvula

Clase Iii

Paladar blando y base de la úvula

Clase Iv

Imposibilidad para ver el paladar blando

Neumol Pediatr 2012; 7 (2): 67-71.

Vía aérea difícil - P. Bertrand et al