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Contenido disponible en

www.neumologia-pediatrica.cl

humanos, equinos, porcinos, focas y aves. Los B y C sólo se

asocian a enfermedades humanas, aunque se han detectado

casos aislados en animales. La infección se disemina por vía

aérea a través de aerosoles o por contacto a través de las

manos u objetos contaminados. El período de incubación es

corto, de horas a 4 días

(30,36)

.

El cuadro clínico clásico se caracteriza, en adultos y

adolescentes, por inicio brusco, con fiebre alta (38-40 ºC)

y acompañado de mialgias, cefalea, escalofríos, decaimiento,

malestar general y fotofobia. Posterior al inicio de la fiebre,

aparece obstrucción nasal, tos no productiva, disfagia, farin-

gitis y rinitis; mientras que en los niños pequeños pueden

presentar fiebre alta (generalmente > 39,5 ºC), con grados

variables de compromiso del estado general, rinitis, cefalea

y odinofagia. Los menores de 5 años presentan particular-

mente anorexia y síntomas gastrointestinales como vómitos

y diarrea. En los recién nacidos el cuadro clínico es muy

inespecífico, con fiebre alta, letargia, rechazo alimentario, piel

moteada y apneas

(37)

.

El virus llega a la mucosa del aparato respiratorio superior,

sobrepasa la acción defensiva de los cilios y el moco, este

último es desdoblado mediante la acción de la neuraminidasa

(antígeno N), la cual rompe los enlaces de ácido N-acetil-

neuroamínico. Otra proteína externa del virus, la HA, per-

mite la adsorción viral a receptores celulares que contienen

ácido siálico, siendo incorporado a la célula en una vesícula

endoplasmática a través de endocitosis. La acidificación de la

vesícula cambia la conformación de la HA e induce la fusión

del manto viral con la membrana endocítica, liberando al

citoplasma el complejo ARN -nucleoproteína (NP)- poli-

merasas (PA-PB1-PB2), el cual es transportado al núcleo,

donde se transcriben los 8 ARN mensajeros que originarán

proteínas estructurales y no estructurales (NS1, NS2). Los

nuevos viriones se ensamblan en la superficie celular y se

liberan por gemación. En este último paso la neuraminidasa

juega un papel fundamental de separar el ácido siálico de las

glicoproteínas viral y celular, permitiendo la liberación del

virus y evitando su aglutinación en la mucosa. Durante este

proceso algunas células mueren por efecto del virus o de la

respuesta inmune celular mientras que otras permiten varios

ciclos replicativos virales

(36,38,39)

.

Agentes bacterianos

Los gérmenes

M. pneumoniae, C. pneumoniae, Legionella

spp,

generan neumonías atípicas, que cursan generalmente de for-

ma subaguda y sin afectación importante del estado general.

La tos es el síntoma predominante y puede estar acompañada

de fiebre, mialgias, rinorrea, faringitis y/o miringitis. Hay una

pobre correlación entre los abundantes hallazgos semiológi-

cos y la escasa afectación del estado general

(40)

.

Mycoplasma

pneumoniae

y

Chlamydia pneumoniae

se han identificado en el

6 al 40% de los casos de NAC y son más habituales en niños

entre los 5 a 15 años

(8,11)

.

La infección por

Bordetella pertussis

debe sospecharse en

todos los grupos de edad, en los neonatos y en los lactantes

suele ser más severa su presentación, se debe sospechar en

niños con esquemas de vacunación incompletos. Se ha iden-

tificado un segundo pico de incidencia en pacientes mayores

de 12 años, es así como la comunidad europea propone

cambiar la vacuna de Td en mayores de 5 años por un re-

fuerzo con Tdpa (con baja carga antigénica)

(41)

.

Mycobacterium tuberculosis

también puede causar la NAC

en niños, principalmente en pacientes con factores de riesgo

como, inmunosuprimidos, diabetes mellitus y desnutrición.

Streptococcus pyogenes

, es también un causante de neumo-

nías que debe considerarse, principalmente en neumonías

necrotizante o en empiema y en ocasiones después de una

varicela. La infección por

Legionella pneumophila

es relativa-

mente poco común en los niños y puede estar relacionada

con brotes endémicos

(23)

. El contacto con algunos animales

se asocia con posibles gérmenes, como por ejemplo:

Franci-

sella tularensis

con los conejos,

Chlamydophila psittaci

en los

pájaros y

Coxiella burnetti

con las ovejas

(11)

.

Streptococcus pneumoniae

Las neumonías y otros procesos invasivos por

S. pneumo-

niae

siguen siendo causa de mortalidad y morbilidad grave

en ambos extremos de la vida

(2)

. Se ha establecido que en

niños representa del 11-15% de todas de las neumonías,

mientras que en pacientes hospitalizados puede alcanzar del

37-44%

(8)

. Este agente es un coco Gram positivo de 1,2 a

1,8 µm de longitud, presenta una forma oval y el extremo

distal lanceolado. Poseen una cápsula de polisacárido que

permite la tipificación con antisueros específicos. Es inmóvil,

no forma endosporas, y es miembro de la familia

Strep-

tococcaceae

(Figura 1). Es un microorganismo anaerobio

facultativo y catalasa negativo. Son residentes normales de las

vías respiratorias altas en 5-40% de los seres humanos. Es un

patógeno causante de un gran número de infecciones entre

las que tenemos (neumonía, bronquiolitis, sinusitis, entre

otros) y de procesos invasivos severos (meningitis, sepsis,

entre otros), específicamente en ancianos, niños y personas

inmunocomprometidas. En los niños, los serotipos 6,14,19

y 23 son causa frecuente de neumonía

(42)

.

La virulencia de

S. pneumoniae

es atribuible principalmen-

te a su capacidad para resistir la opsonización, fagocitosis y

destrucción intracelular de las células fagociticas, la cual está

dada principalmente por su cápsula de polisacárido

(43)

. Existen

al menos 90 tipos capsulares y 23 de estos se encuentran en

más del 88% de las bacteriemias y meningitis por este ger-

men. Como otros factores de virulencia están la neumolisina,

proteína citotóxica que se acumula dentro de las células du-

rante el crecimiento y es liberada con la lisis celular por la au-

tolisina. Esta corresponde a una N-acetil-muramoil-L-alanina

Figura 1.

Cultivo de

Streptococcus pneumoniae

, donde se observa la

sensibilidad a la optoquina, y el tamizaje con oxacilina de 1 µg revela

sensibilidad disminuida a la penicilina.

Neumol Pediatr 2013; 8 (2): 53-65.

Etiología de las neumonías adquiridas en comunidad en la población infantil - Morales O. et al