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Contenido disponible en
www.neumologia-pediatrica.clamidasa que, junto con una glucosidasa, funciona durante la
división celular para separar las células hijas. Algunas cepas
neumocócicas también producen hialuronidasa, que facilita
la propagación del microrganismo en el tejido y proteasas de
Ig-A para la inactivación de esta inmunoglobulina secretora,
con el fin de facilitar la colonización y la invasión posterior de
las superficies de las mucosas. También se ha caracterizado la
proteína de superficie A-PspA, que es antigénica inmunodo-
minante pero se desconoce su función
(43)
.
La distribución de los serotipos de
S. pneumoniae
y su
frecuencia relativa varían no sólo según el área geográfica,
con marcadas diferencias entre los países desarrollados y en
desarrollo, sino que, cuando se les monitorea a largo plazo,
también se observan variaciones en el tiempo
(44)
.
Las manifestaciones clínicas típicas de estos pacientes,
pueden ser: fiebre elevada con escalofríos, dolor pleurítico
y/o abdominal; generalmente con tos de intensidad variable,
la auscultación puede ser normal, o presentar hipoventilación,
crépitos y/o soplo tubárico. Actualmente, la disminución de
la sensibilidad de
S. pneumoniae
a los antibióticos de primera
elección ha impactado de forma negativa en la salud infantil.
El progresivo aumento de la frecuencia de
S. pneumoniae
resistente a penicilina y a otros antibióticos ha suscitado dudas
en torno a las prácticas terapéuticas tradicionales. Por ese
motivo, las enfermedades neumocócicas han sido catalogadas
como enfermedades emergentes
(45,46)
. Por otro lado, en los
países donde se vacunó contra
Haemophilus influenzae
tipo
b,
S. pneumoniae
adquirió mayor relevancia como causa de
neumonías bacterianas en niños
(47)
.
Desde la introducción de las vacunas heptavalente contra
neumococo se ha registrado una disminución significativa en
los Estados Unidos en el número de ingresos y de neumo-
nías diagnosticadas en atención primaria por este germen,
principalmente en los menores de 2 años, pero no en las
neumonías complicadas con derrame, las cuales se presentan
principalmente en menores de 5 años, además han emergi-
do otros serotipos no incluidos
(8)
. En algunos países como
Uruguay la incorporación de la vacuna anti-neumocóccica
conjugada de siete serotipos (4, 6B, 9V, 14, 18C, 19F, 23F)
en niños menores de cinco años de edad, no ha sido exitosa
para solucionar el problema de la neumonía grave en esta
población, dado que los serotipos más prevalentes son el 14,
1, 5 y 3 representando el 77% de los casos confirmados de
neumonía neumocóccica, los cuales en su mayoría no están
incorporados en la vacuna
(27,47)
, como se muestra en el meta-
análisis realizado en América Latina y el Caribe, el serotipo
más frecuentemente identificado en todo los grupo de edad,
fue el 14 con una frecuencia que va del 31 al 55%, seguido
del serotipo 1 con un 10,9% y del serotipo 5 con 10,8%
(6)
.
Haemophilus influenzae
Haemophilus influenzae
(Hi) es un cocobacilo gram negativo,
con apariencia pleomorfica, anaerobio facultativo y necesitan
de un ambiente con 5 a 10% de CO
2
para su crecimiento.
Pertenece a la familia
Pasteurellaceae
y la mayoría de las
especies necesitan medios de cultivo enriquecidos para su
crecimiento, los cuales tiene la presencia de factor X (he-
mina) y/o factor V (NAD). Es habitante habitual del árbol
respiratorio del ser humano y no se conoce otro hospedero.
H. influenzae
pasa de un hospedero a otro por gotas de
saliva y se adquiere poco después del nacimiento. Existen
varios tipos, definidos por el antígeno capsular: a, b, c, d, e
y f y cepas no tipificables (no encapsuladas). El tipo “b” es el
más virulento y responsable de las enfermedades invasivas,
generalmente cuando la cantidad de gérmenes que circulan
en sangre alcanza altos niveles, es capaz de penetrar las
meninges, articulaciones, pleura, pulmón y pericardio. La
primera de estas situaciones es la más frecuente. Aún con la
terapéutica adecuada, la mortalidad es del 5% y las secuelas
oscilan entre el 20-50%
(43)
.
Se han descrito distintos factores que facilitan la coloniza-
ción y el establecimiento de una infección. Entre los factores
comúnmente descritos están las adhesinas fimbriadas que
reconocen receptores en las células epiteliales de la mucosa,
la producción de proteasas de la IgA y factores que inhiben
la actividad ciliar de las células epiteliales. En las cepas encap-
suladas, la cápsula (polisacárido de polirribosa fosfato) juega
un papel importante en la virulencia, debido a su capacidad
antifagocitica. La respuesta inmune protectora esta mediada
por anticuerpos opsonizantes y activadores de la acción bac-
tericida del complemento
(48)
.
Se estima que
H. influenzae
tipo “b” (Hib), es responsable
de unos tres millones de enfermedades graves y de unas
386.000 defunciones anuales, en su mayoría debidas a me-
ningitis y neumonía. Casi todas las víctimas tienen menos de
cinco años, y los más vulnerables son los niños entre 4 y 18
meses
(49)
. En los países en desarrollo, en los que se concen-
tran la mayor parte de las defunciones por Hib, la neumonía
es responsable de más muertes que la meningitis. Aun así, la
meningitis por Hib es también un problema grave en esos
países, con tasas de mortalidad superiores a las de los países
desarrollados; entre el 15 y el 35% de los sobrevivientes
quedan con discapacidades permanentes como retraso
mental o sordera
(50)
.
La enfermedad invasiva por
H. influenzae
(meningitis,
sepsis, epiglotitis, celulitis, neumonía, artritis, entre otras) se
debe principalmente a cepas productoras de cápsula polisa-
cárida tipo b (Hib). Su incidencia ha disminuido en aquellos
países en los que se ha introducido la vacuna conjugada de
forma sistemática en el calendario de vacunación
(21)
. En Es-
tados Unidos, país que introdujo la vacuna en el año 1991,
había disminuido la incidencia de enfermedad invasiva en los
primeros 5 años de vacunación sistemática en un 99%, entre
los niños menores de 5 años
(51)
. En España, la incidencia de
enfermedad invasiva por Hib era entre 15,5-20 casos por
100.000 niños menores de 5 años, disminuyendo drástica-
mente a 0,3/100.000 niños menores de 5 años en 1998, año
de inicio de la vacunación sistemática
(52)
.
Staphylococcus aureus
Conocido comúnmente como Estafilococo dorado, por for-
mar colonias de color amarillo en los medios de cultivo don-
de crece; pertenece a la familia
Micrococaceae
, es un coco
Gram positivo, anaerobio facultativo, productor de catalasa y
coagulasa (la cual estimula la polimerización de la fibrina tras
ligarse a la protrombina), inmóvil, manitol positivo, no espo-
rulado y productor de hemolisina (Figura 2)
(43)
. Gran parte de
la importancia médica del
S. aureus
se debe a que es capaz
Etiología de las neumonías adquiridas en comunidad en la población infantil - Morales O. et al
Neumol Pediatr 2013; 8 (2): 53-65.