Previous Page  10 / 50 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 10 / 50 Next Page
Page Background

Tele-laringoscopía rígida

Requiere altos niveles de cooperación por parte del menor, siendo

utilizado generalmente en los mayores de 6 años. Las imágenes

obtenidas son de excelente calidad, dando una información

incomparable acerca de la estructura y el movimiento de las CV.

Otorga menos información funcional que la fibroscopía.

Estroboscopía

Consiste en la aplicación de luz estroboscópica durante la

evaluación endoscópica del paciente. Permite visualizar con

un efecto de “cámara lenta” la vibración de la mucosa de la

CV durante la fonación. Es muy útil para identificar pequeñas

lesiones en la cubierta del pliegue vocal (22).

Electromiografía laríngea

Se realiza usando electrodos por vía percutánea cervical en

los músculos tiroaritenoideo y cricoaritenoideo posterior. Tiene

un rol en niños mayores y adolescentes para el estudio de la

función neuromuscular de las CV, por ejemplo, para predecir la

recuperación en la parálisis de las CV (23,24).

Laringoscopía directa

Se realiza en pabellón bajo sedación o anestesia general.

Mediante un laringoscopio tubular, se canulan los tejidos

blandos de la faringe hasta exponer las CV. Puede apoyarse

el procedimiento con microscopio. Este examen permite una

excelente visualización de las anomalías estructurales, pero una

limitada información de su función. Esta evaluación actualmente

ha sido desplazada por exámenes menos invasivos, pero tiene

gran utilidad aún, principalmente en niños pequeños o aquellos

que son poco cooperadores con los otros exámenes. Su principal

ventaja, es que permite realizar al mismo tiempo procedimientos

terapéuticos.

Análisis acústico de la voz

En mayores de 4 años es posible realizar el análisis de los

parámetros acústicos de la onda vocal. Podemos evaluar la

frecuencia fundamental, intensidad, niveles de perturbación

de la amplitud o la frecuencia, entre otros. Esto permite contar

con datos más objetivos de evaluación que la sola percepción

acústica del examinador. Sin embargo, los parámetros de

normalidad de estas mediciones aún están en evaluación (25).

Existen otras pruebas que pueden ser consideradas para evaluar

la evidencia de reflujo, si bien, no son siempre concluyentes.

Estos incluyen el monitoreo de pH (pHmetría) e impedancia

intraluminal multicanal para evaluar el reflujo no ácido. La

prueba terapéutica anti-reflujo en los casos sospechosos tiene

cierta utilidad para algunos especialistas, en vez de realizar

procedimientos más invasivos.

ENFOQUE TERAPÉUTICO DEL PACIENTE DISFÓNICO

Si bien en un grupo minoritario de pacientes pediátricos

el tratamiento será primordialmente quirúrgico (papilomas

laríngeos, quistes submucosos, entre otros), en la mayoría

el tratamiento irá enfocado a manejar los fenómenos de

hiperfunción laríngea y mal uso vocal (9). Esta terapia la

realizará el fonoaudiólogo. Lamentablemente existe una serie de

inconvenientes en este punto: niños poco motivados a la terapia,

padres no comprometidos con el tratamiento, fonoaudiólogo

con experiencia en patología de la voz pero sin experiencia en

manejo con niños, etc.

Se sugiere realizar este tipo de intervenciones terapéuticas

después de los 7 años de edad, aunque debe evaluarse

cada caso en particular. La adecuada comunicación entre el

fonoaudiólogo y el laringólogo es fundamental para el éxito de la

terapia y la eventual reevaluación del caso si amerita.

COMENTARIO FINAL

La disfonía en el niño suele ser un síntoma subestimado. La

razón principal es que se asume se trata de una condición

benigna asociada al mal uso o abuso vocal. Si bien esto puede

ser cierto en la mayoría de los casos, debe realizarse un esfuerzo

en establecer un diagnóstico preciso y luego tratar la condición

si corresponde. Con el avance de la tecnología endoscópica se

puede realizar este tipo de diagnósticos en niños de cualquier

edad, con exámenes de gran certeza y poco invasivos, por lo que

no existen cuestionamientos razonables para no derivar a este

grupo de pacientes al especialista (1, 9).

En nuestra casuística pudimos comprobar que, en al menos

11 pacientes, el diagnóstico benigno de nódulos vocales fue

reemplazado por diagnósticos tan relevantes y de tratamiento

tan específico como parálisis cordal o papiloma laríngeo. Esto

se podría explicar por la falta de rigurosidad en evaluación

endoscópica o por presentarse dificultad técnica para la

realización del examen. Las lesiones más frecuentemente

encontradas fueron alteraciones estructurales mínimas

de la cubierta de la CV (19). Este grupo de pacientes es

particularmente interesante dado que se trata, por lo general, de

disfonías severas que aparecen muy precozmente en la vida. No

existe literatura suficiente ni protocolos terapéuticos específicos

hasta la fecha para el enfrentamiento de estas alteraciones.

Por otro lado es aún controversial si la resolución temprana de

las lesiones encontradas en esta evaluación exhaustiva pueda

determinar un pronóstico vocal más favorable.

Los autores declaran no tener conflictos de interés, en relación

a este artículo.

C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl

7 8

Neumol Pediatr 2014; 9 (3): 75-79

Evaluación y diagnóstico de la disfornia en niños