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HISTORIA CLÍNICA

El síntoma de presentación característico en un trastorno de la

voz es la “ronquera”. Un paso clave en su evaluación es distinguir

si el niño presenta un problema de la voz o un problema del

habla, la articulación o del lenguaje (3,5-7).

Alteraciones estructurales mínimas (AEM):

descritas por

Pontes et al (17), incluyen un grupo de pequeñas imperfecciones

de la cubierta de la CV, sin otra alteración morfológica laríngea

asociada. Aún se discute si corresponden a una malformación

congénita menor o si algunas de ellas pudieran ser secundarias

a daño de la mucosa laríngea. Se incluyen en este grupo:

sulcus vocalis, quistes submucosos, disgenesias vasculares,

puentes de mucosa y

microwebs

(microsinequia anterior). El

diagnóstico de estas alteraciones suele ser difícil. Tiende a

ser subdiagnósticada y a confundirse con otras patologías

secundarias asociadas (pólipos, nódulos vocales, etc). Debe

sospecharse ante la presencia de disfonía presente desde

edades tempranas, con historia de lesiones benignas recurrentes

de las CV o lesiones benignas refractarias a tratamiento. En

niños, su diagnóstico es aún más dificultoso y muchas veces

este se termina realizando bajo laringoscopía directa. García

Martins y colaboradores (18) realizaron videolaringoscopía a

304 pacientes pediátricos disfónicos, encontrando un 21% de

AEM, siendo la más frecuentes los quistes submucosos (15%) y

sulcus vocalis (3,8%). Olavarría y colaboradores (19) describen

los hallazgos en 48 pacientes pediátricos y adultos con AEM,

siendo el sulcus vocalis el más frecuente (64,5%) y luego

quistes (25%).

La Tabla 1 muestra los diagnósticos de pacientes pediátricos

intervenidos por disfonía crónica, en 3 centros de Santiago,

entre los años 2004 y 2013 (observaciones no publicadas).

Cabe destacar que la mayoría de estos pacientes habían sido

catalogados inicialmente como portadores de NV y reevaluados

en unidad de voz por persistencia de síntomas a pesar de

terapia fonoaudiológica.

Siempre que sea posible, la información debe ser obtenida de

los padres y el niño. La cronología de los síntomas es útil. Si

el problema existe desde el nacimiento, es muy probable una

patología congénita; sin embargo, la presencia del antecedente

de intubación en el período perinatal puede ser sugerente de una

patología adquirida, como la estenosis subglótica, la formación

de quistes o fibrosis cricoaritenoidea. Cuando el inicio es más

tardío, suele estar en relación a una infección respiratoria

superior (con laringitis), y que la persistencia de la ronquera sea

provocada por el mal uso de voz (3). La presencia de estridor

y la disminución de la tolerancia al ejercicio sugieren una

patología obstructiva, como la estenosis laríngea o papilomas.

Alteraciones en la deglución o atoros pueden sugerir la parálisis

de alguna CV.

Es necesario preguntar acerca de síntomas de reflujo

laringofaríngeo, que pueden causar irritación local y disfonía.

La rinitis alérgica con descarga posterior, induce carraspeo,

que también puede relacionarse con patología laríngea. La tos

persistente puede causar ronquera, la patología respiratoria

restrictiva reduce la presión infraglótica afectando la fuerza

de la voz y los inhaladores corticoidales utilizados para tratar

el asma también puede causar disfonía por atrofia del epitelio

vocal (7).

EVALUACIÓN DEL PACIENTE DISFÓNICO

Todo paciente con disfonía persistente de más de dos semanas

debiera ser evaluado por el especialista. Esto, considerando

que la causa más frecuente de disfonía aguda en niños y

adultos corresponde a laringitis aguda viral, que por lo general

se resuelve en un periodo inferior a 14 días. En la evaluación

de la disfonía debe realizarse un examen otorrinolaringológico

completo, que incluya el examen de oídos y audición. Este

debe ser complementado con la evaluación del niño y de sus

padres respecto de la percepción de la voz. Una escala útil es

la “pediatric Voice Handicap Index (pVHI)” (20) y una escala de

“disconfort del tracto vocal” modificada por Mathieson (21).

Existe un subgrupo de pacientes disfónicos que requiere un

estudio más profundo. Estos son: los que presentan disfonía

severa o rebelde a terapia fonoaudiológica, ante la sospecha de

patología ominosa, y en casos de disfonía asociada a estridor.

PROCEDIMIENTOS DIAGNÓSTICOS

Fibro-laringoscopía flexible

Este examen es capaz de excluir lesiones laríngeas focales,

proporcionar imágenes de calidad adecuada sin riesgos

asociados relevantes. Se realiza por vía transnasal, con

fibra óptica de 2,2 o 4.0 mm. Se pudieran realizar en niños

de cualquier edad (los más pequeños pudieran ser menos

cooperadores).

C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl

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Neumol Pediatr 2014; 9 (3): 75-79

Evaluación y diagnóstico de la disfornia en niños

Tabla Nº1

Causas de disfonía en 48 pacientes.*

* Observaciones no publicadas.

DIAGNÓSTICO POSOPERATORIO

FRECUENCIA

Paresia de cuerda vocal

2

Quiste submucoso unilateral con lesión contragolpe

7

Quiste submucoso bilateral

2

Nódulos cuerda vocal

4

Nódulos cuerda vocal con microsinequia anterior

3

Seudoquiste cuarda vocal con lesión contragolpe

6

Sulcus tipo III

4

Sulcus tipo II

8

Puente mucoso

2

Papiloma laríngeo

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