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Comentario radiológico
Las imágenes de tomografía computada de
tórax, demuestran un proceso condensante homo-
géneo, que compromete por completo al pulmón
derecho y parcialmente al izquierdo, en donde
se aprecian imágenes de relleno acinar parcial-
mente confluentes (Figura 1). La arquitectura
pulmonar está conservada, con bronquios per-
meables (broncograma aéreo) y vascularización
pulmonar conservada, transcurriendo a través
del parénquima. Llama la atención que incluso
es visible en la técnica de parénquima, en donde
habitualmente los procesos condensantes ocultan
la vascularización.
En las Figuras 2, 3 y 4, que muestran imáge-
nes de tomografía computada de tejido blando,
que habitualmente es la que se usa para carac-
terización de tejidos, se observa que el proceso
condensante es relativamente hipodenso, con
una densidad grisáceo-negruzca, que es similar
a la densidad del tejido adiposo como el celular
subcutáneo y la grasa mediastínica, lo cual de-
muestra su naturaleza lipoidea.
En tomografía computada, la calibración de
los equipos, determina que la densidad cero co-
rresponde al agua destilada (color gris), –1.000
(–1.000 UH: unidades Hounsfields) (color negro)
al aire y +1.000 (+1.000 UH) (color blanco) al
calcio. Así todas las densidades del organismo se
encuentran en valores intermedios. Por ejemplo,
el parénquima pulmonar que es una combinación
de aire, sangre y tejido (aire constituye el 92%),
su densidad fluctúa en un valor aproximado
a -800 UH (color negro pálido). El hueso que
tiene alto contenido de calcio, además de tejido,
alrededor de +600 UH (color blanco pálido).
La sangre alrededor +20 UH, sin contraste. La
mayoría de los procesos tumorales equivale a los
tejidos como los músculos de +50 a +60 UH, sin
contraste. El tejido adiposo es menos denso que
el agua, con densidades de aproximadamente
–100 a –200 UH. O sea se observa como grisáceo
negruzco.
Evolución
La tomografía se mal interpretó como un
proceso condensante neumónico y por esto,
se manejó con esquema antibiótico biasociado
(ceftriaxona-metronidazol) y frecuentes sesiones
de kinesioterapia. Se desestimó la realización de
una fibrobroncoscopia con lavado broncoalveolar.
Se revisó las imágenes de tomografía, detec-
tándose los signos característicos de neumonía
lipoidea exógena.
No se logró obtener antecedentes de admi-
nistración de elementos lipídicos tales como
laxantes. Sin embargo, por la patología de base
y probable constipación, es posible que estos se
hubieran utilizado. Además tenía alta sospecha de
fenómenos aspirativos, por la condición psíquica
y física de la paciente.
Fue dada de alta al mes de hospitalización, con
alimentación por sonda nasoenteral, quedando
pendiente la realización de gastrostomía de ali-
mentación.
Comentario
El cuadro clínico y radiológico de esta pacien-
te permite inferir que ella presenta una Neumonía
lipoidea.
La neumonía lipoidea es una condición poco
común, que resulta de la acumulación pulmonar
de componentes grasos de origen animal, vegetal
o mineral. Esta condición puede ser clasificada
como endógena o exógena.
Neumonía lipoidea endógena
También llamada neumonía dorada o por co-
lesterol, se origina por material graso (colesterol
y ésteres) derivado del mismo pulmón. Se pro-
duce principalmente por liberación de estos com-
ponentes desde las células alveolares destruidas,
distales a una obstrucción de la vía aérea o de un
pulmón dañado por un proceso supurativo o por
enfermedades de depósito lipídico.
Neumonía lipoidea exógena
Puede clasificarse en aguda o crónica. La
forma crónica resulta de la inhalación recurrente
de aceites a largo plazo. La forma aguda corres-
ponde a la aspiración accidental de grandes can-
tidades de material lipídico, en un corto periodo
de tiempo.
El material lipídico proviene de alimentos,
medios de contraste radiológicos o medicamentos
en base a aceites, como los laxantes (aceite de
bacalao, aceite de parafina, vaselina liquida, etc.)
Los síntomas son inespecíficos, generalmente
leves. Habitualmente corresponden a tos y disnea.
Menos común es la presencia de hemoptisis, do-
lor torácico, pérdida de peso y fiebre intermitente.
Habitualmente existe discrepancia entre la
clínica y la imagenología, hay escasa sintoma-
tología con gran compromiso en las imágenes.
El principal diagnóstico diferencial es con la
neumonía bacteriana.
El diagnóstico está basado en la historia de
exposición a aceites, en los hallazgos radioló-
Caso clínico-radiológico
Rev Chil Enf Respir 2014; 30: 100-102