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declararla en el formulario
ad-hoc
conocido
como “Declaración Individual de Enfermedad
Profesional” o DIEP, y derivar al afectado a la
mutualidad correspondiente.
Diagnóstico de las enfermedades
respiratorias profesionales
El diagnóstico de las enfermedades profesiona-
les tiene algunas peculiaridades producto del ca-
rácter legal que se les atribuye y de los requisitos
necesarios para obtener la cobertura del seguro.
En primer lugar se debe tener presente que la
“declaración, evaluación, reevaluación y revisión
de las incapacidades permanentes serán de ex-
clusiva competencia de los Servicios de Salud”
(Artículo 58, Ley 16.744. Tabla 1), lo que debe
interpretarse como que sólo dichos organismos
tienen la facultad de declarar que un trabajador
padece una enfermedad profesional que le ocasio-
na incapacidad permanente. Así, por ejemplo, el
diagnóstico de silicosis sólo puede ser efectuado
por una de las Comisiones de Medicina Preventi-
va e Invalidez (COMPIN) distribuidas a lo largo
de Chile, por la Comisión Médica de Reclamos
(COMERE) o la Superintendencia de Seguridad
Social (SUSESO).
En segundo lugar, los criterios diagnósticos y
de evaluación del grado de incapacidad generado
por una enfermedad determinada están especifi-
cados en diversos documentos. El principal es la
Circular 3G40 del 14 de marzo de 1983
4
la que se
complementa, en lo que se refiere a las enferme-
dades respiratorias provocadas por el trabajo, con
el “Manual de Bronconeumopatías Ocupaciona-
les” elaborado por el Ministerio de Salud y publi-
cado en 1981
5
. Por ejemplo, si bien el diagnóstico
médico de silicosis puede efectuarse mediante
una biopsia pulmonar o mediante una tomografía
axial computada; los cuerpos legales establecen
que el diagnóstico se hará cuando la enfermedad
esté visible en la radiografía de tórax
6
y la histo-
ria de exposición laboral a sílice sea ‘suficiente’
(no indica que se entiende por ‘suficiente’). Sur-
gen aquí una serie de consideraciones respecto
de si la disposición legal contenida en la Circular
3G40 es correcta o no, y al debate, nuestra espe-
cialidad podría aportar la información científica
que permita sostener una u otra postura.
En 2013 el Ministerio de Salud comenzó el
trabajo de actualizar el “Manual de Bronconeu-
mopatías Ocupacionales”, reemplazándolo por
una “Guía de Prevención, Diagnóstico y Manejo
Enfermedades Respiratorias Relacionadas con el
Trabajo”, que pretende incorporar los conceptos
actuales sobre guías de práctica clínica.
Evaluación de la incapacidad producida por
las enfermedades respiratorias ocupacionales
Las disposiciones legales no se actualizan con
la velocidad que lo hace el conocimiento cientí-
fico, debido al proceso administrativo que hay
detrás de cada una de ellas. La misma circular
3G40 que instruye cómo realizar el diagnóstico
de algunas enfermedades respiratorias, especifica
cómo ha de evaluarse la incapacidad producida
por ellas. Volviendo al ejemplo de la silicosis,
establece que la combinación de dos parámetros
constituye el eje central de la valoración del gra-
do de incapacidad producido por la enfermedad.
Uno de los índices es la radiografía de tórax,
la que debe obtenerse e informarse de acuerdo
a las recomendaciones de la Organización Inter-
nacional de Trabajo (OIT)
7
. Las interpretaciones
acerca de cómo debe entenderse esta parte de la
disposición, es materia de controversia a la que
nuestra especialidad podría aportar información.
La importancia que se le concede a la radiografía
de tórax en los programas de pesquisa de trabaja-
dores expuestos a agentes neumoconiógenos (síli-
ce, asbesto, carbón) es indiscutible, dado que tiene
una alta sensibilidad a bajo costo. Pero la que se
le otorga en la evaluación de incapacidad parece
sobrevalorada. En primer lugar no se toma en
cuenta la gran capacidad del pulmón para resistir
el daño provocado por la silicosis, lo que explica
que la enfermedad progrese desde el grado leve al
avanzado en la radiografía, sin que aparezcan sín-
tomas respiratorios. Así y todo, es la progresión
radiográfica la determinante principal del grado
de incapacidad provocado por la enfermedad. Más
aun, es posible observar trabajadores en etapa de
fibrosis masiva progresiva con enormes masas que
comprometen ambos pulmones, y que por ende
son catalogados también con una incapacidad
mayor, absolutamente asintomáticos. Por otro
lado, la interpretación de las imágenes visibles en
la radiografía no es unívoca, por lo que siempre
debiera recurrirse a exámenes complementarios
para realizar un diagnóstico diferencial adecuado.
El otro índice utilizado para evaluar el grado
de incapacidad provocado por la silicosis es la
espirometría basal, valorada según las ecuaciones
de Kory y cols
8
. Documentos oficiales posteriores
establecen que se debe utilizar los valores de re-
ferencia de Knudson y cols
9
, aunque se reconoce
éstos tampoco son adecuados para los trabaja-
dores y trabajadoras chilenos/as. En cuanto se
comenzó a utilizar las ecuaciones de Knudson y
cols., aparecieron publicaciones que pusieron en
evidencia la inconveniencia de utilizar valores de
referencia obtenidos en población anglosajona a
G. Contreras T. et al.
Rev Chil Enf Respir 2014; 30: 27-34