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8. Haciendo partícipes directa o indirectamente
a médicos en las actividades comerciales de la
industria, ya sea como accionistas, empleados
o socios de una determinada empresa o pro-
yecto.
9. Organizando, financiando, estimulando o en-
comendando la participación de médicos en
ensayos clínicos destinados a medir eficacia
terapéutica, diseñados y controlados total o
parcialmente por la misma industria. (El tema
específico de los ensayos clínicos será analiza-
do en un próximo documento).
Una relación de interés mutuo para las agru-
paciones médicas y la industria es el aporte
financiero que ésta realiza a los eventos cien-
tíficos organizados por entidades académicas o
profesionales en favor de la educación médica.
La organización de los eventos científicos se be-
neficia porque se contribuye en el financiamiento
de los costos de los eventos -que de otro modo
deberían cubrir sus asistentes-, incrementando su
atractivo y el número de participantes. A cambio
de este apoyo financiero, las empresas obtienen
un espacio para promocionar su marca y sus pro-
ductos. Este tipo de apoyo a la educación médica
es aceptable. Sin embargo, es imprescindible que
el control académico del programa científico
permanezca siempre en manos de las institu-
ciones académicas organizadoras, asegurando
la independencia científica de los contenidos de
las conferencias, cursos y talleres de educación
médica.
Los antecedentes y problemas antes menciona-
dos motivan a la Academia Chilena de Medicina
para proponer recomendaciones que ayuden a los
médicos y a sus instituciones a regular y transpa-
rentar sus relaciones con la industria proveedora
en salud, reconociendo que estas relaciones son
inevitables y necesarias para el progreso de las
acciones médicas que comprometen a ambas
vertientes.
Recomendaciones
1. En sus relaciones personales o institucionales
con la industria proveedora en salud, los mé-
dicos deben mantener una actitud crítica sobre
la información que reciban, exigiendo que
esté respaldada por fundamentos científicos
y clínicos sólidos, independientes y evalua-
bles. El profesional debiera poder distinguir
entre la información útil para el beneficio de
sus pacientes y la propaganda comercial sin
respaldo científico. Los médicos deben tomar
sus decisiones en forma autónoma, evitando
la influencia de regalos y atenciones con fines
promocionales.
2. En sus presentaciones públicas en los congre-
sos científicos, en conferencias y en todo tipo
de reuniones profesionales o académicas, los
médicos participantes deben hacer transparen-
tes
,
primero a los organizadores y luego al pú-
blico asistente, todas sus relaciones personales
con la industria, de modo que ambos puedan
identificar y sopesar la presencia o influencia
de eventuales conflictos de intereses. Esta de-
claración debiera señalar el nombre de la o las
empresa(s) patrocinante(s) y el tipo de aporte
o servicio que los ha vinculado durante los
últimos tres años, pero no requiere explicitar
el monto del aporte respectivo.
3. Una declaración pública de conflicto de in-
tereses con la industria durante los tres años
precedentes debe considerarse particular-
mente necesaria para quienes sean invitados
a redactar guías médicas o a integrar comités
profesionales destinados a tomar decisiones
administrativas, tales como compra de insu-
mos, fármacos, técnicas diagnósticas, equipos
u otros productos propios de la industria, y
para fijar normas clínicas o consensos de diag-
nóstico o tratamiento. Los participantes deben
evaluar si tales conflictos inciden o no en los
temas a tratar. Sus declaraciones de potencia-
les conflictos de intereses deben explicitarse en
los documentos resultantes de la labor de estos
comités.
4. Los médicos que participen en comités edito-
riales, grupos de trabajo o consejos de redac-
ción de guías clínicas o manuales terapéuticos
que tengan relaciones con la industria provee-
dora y donde pudieran existir conflictos de
intereses, deben abstenerse de participar en las
discusiones o recomendaciones relacionados
con sus potenciales conflictos de intereses.
5. Los médicos organizadores de reuniones
científicas y profesionales pueden solicitar y
aceptar ayuda financiera de la industria para
reuniones de educación médica de pre o post-
grado, pero con la condición de mantener
absoluta independencia en la elaboración del
programa científico y en la selección de los
docentes y expositores de dichas reuniones.
Las empresas que han otorgado ayuda deben
ser reconocidas y agradecidas explícitamente
al comienzo y término de la reunión respecti-
va, pero en cualquier referencia a un producto
específico debe indicarse que ella no implica
el respaldo científico ni clínico de la entidad
organizadora de la reunión.
sobre las relaciones entre los médicos y la industria proveedora en salud
Rev Chil Enf Respir 2014; 30: 142-144