Oncología
La adiposidad aumenta presencia de cáncer renal en mujeres posmenopáusicas
El carcinoma de células renales (CCR) representa el 2 por ciento de todos los cánceres en el mundo, con unos 150.000 nuevos casos diagnosticados al año. La incidencia ha aumentando en prácticamente todos los países, sin embargo, hasta la fecha, sus causas más directas aún no se terminan por comprender completamente. Además de fumar, la obesidad sigue siendo el único factor de riesgo que se ha establecido concretamente, aunque la hipertensión y la diabetes también se han asociado. Algunos mecanismos hipotéticos que elevarían el peligro de CCR serían los altos niveles de estrógenos y de insulina, elevadas concentraciones de los factores de crecimiento en el tejido adiposo, anormalidades en el metabolismo del colesterol y alteraciones en el sistema inmune. Dadas las interconexiones entre la obesidad, hipertensión, diabetes y el CCR, es razonable especular que la relación entre la obesidad y el riesgo de CCR podría darse a través de mecanismos vinculados con el síndrome metabólico, el cual está íntimamente conectado con la obesidad abdominal y a la grasa visceral.
Los autores (Departamento de Epidemiología y Bioestadística del Instituto Karolinska, Estocolmo, Suecia) estudiaron a 140.057 mujeres posmenopáusicas entre 50 y 79 años de edad para examinar el papel de la obesidad, especialmente de la abdominal, y de las variaciones cíclicas del peso en lo referente al peligro de carcinoma de células renales. Se utilizaron modelos de Cox para estimar los riesgos relativos y sus correspondientes intervalos de confianza del 95%.
Durante un promedio de 7.7 años de estudio, hasta el 12 de septiembre de 2005, se identificaron un total de 269 casos de carcinoma de células renales. La adiposidad, según la relación cintura-cadera, representó un importante factor de riesgo para desarrollar la enfermedad (el cuartil más alto versus el más bajo: riesgo relativo = 1.8, intervalo de confianza del 95%: 1.2, 2.5; p = 0.0003). Por otra parte, las mujeres que habían experimentado cambios de peso más de 10 veces tenían un riesgo 2.6 mayor (intervalo de confianza del 95%: 1.6, 4.2) en comparación con las mujeres de peso constante.
Estos resultados agregan evidencia que la obesidad, particularmente la adiposidad, está asociada a un mayor peligro de carcinoma de células renales entre mujeres posmenopáusicas. Además, indican que las variaciones constantes del peso están asociadas independientemente a un riesgo adicional para la enfermedad.
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