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05 Enero 2004

Gastroenterología

Pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal tendrían una mayor incidencia de fracturas

Los pacientes que sufren de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) podrían tener un riesgo más elevado de fracturas debido a la enfermedad, pero también al uso de corticoides orales, por tanto, se destaca la importancia de aumentar el conocimiento sobre la osteoporosis en aquellos profesionales que manejan a estos enfermos y así poder fomentar una óptima terapia ósea.

Las fracturas osteoporóticas constituyen un importante problema de salud que causan una considerable morbilidad y mortalidad entre los ancianos. Las zonas más comunes de fracturas son la espina dorsal, el fémur y el antebrazo. Varios estudios epidemiológicos han divulgado un creciente predominio de baja masa ósea en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y probablemente la patogénesis sea multifactorial, incluyendo por ejemploo, el uso de corticoides orales, deficiencia de vitamina D, mala absorción, desnutrición, hipogonadismo e inflamación sistémica. Existe limitada información sobre el riesgo de fractura en pacientes con enfermedad inflamatoria del intestino, estudios no controlados han divulgado que existiría entre un 5% y un 27% de enfermos con EII que han padecido una fractura. Recientemente, otro trabajo de pacientes con EII encontró un aumento del 41% en el riesgo de fractura comparado con grupos controles, con aumentos similares para la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU).

Expertos europeos en fármaco-epidemiología de la Universidad de Utrecht en Holanda, realizaron un estudio de tipo caso-control, al analizar los datos almacenados en la base de datos “General Practice Research” de la Agencia de Control de Medicamentos del Reino Unido (que reúne todos los registros médicos de atención primaria), con el objetivo de evaluar el riesgo de fracturas en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal y, específicamente, el efecto del uso de corticoides orales en la severidad de la enfermedad. Este estudio obtuvo datos de 231.778 fracturas, evaluándose la historia clínica de las enfermedades inflamatorias intestinales. Se consideró un número idéntico de casos de la base de datos como grupo control.

Los resultados obtenidos señalaron que el predominio de la EII fue de 156 y 282 por 100.000 pacientes para la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU), respectivamente. Los enfermos con EII presentaron un riesgo creciente de fractura vertebral (OR 1.72; IC del 95%, 1.13-2.61) y fractura de cadera (OR 1.59; IC del 95%, 1.14-2.23). El riesgo de fractura de cadera fue mayor en pacientes con EC (OR 1.86; IC del 95%, 1.08-3.21) comparados con CU (OR, 1.40; IC del 95%, 0.92-2.13). La severidad de la enfermedad, determinada por el número de síntomas, predijo posibles fracturas, incluso después del ajuste según uso de corticoides (OR 1.46; CI, 1.04-2.04). Sin embargo, sólo el 13.1% de los pacientes que sufrieron algún tipo de fractura fueron tratados con terapia para la remodelación ósea, siendo el 7.3% manejados con bifosfonatos, 6.6% con vitamina D y un 1.5% con terapia de reemplazo hormonal.

Los datos comprobaron la hipótesis preliminar planteada por los autores. Comparado con el grupo control, el riesgo de sufrir fractura de cadera se incrementó en un 86% en pacientes con enfermedad de Crohn, y en un 40% en pacientes con colitis ulcerosa. Se destaca en este estudio que el incremento del riesgo de fractura atribuible a estas patologías no difiere entre hombres y mujeres. El ajuste en el uso de corticoides orales, si bien reduce la magnitud de la fractura, no elimina el riesgo de sufrirlas en pacientes que sufren enfermedades inflamatorias intestinales, al contrario, lo incrementan.

Por último, aquellos pacientes que sufrieron un mayor número de síntomas tales como diarrea, dolor abdominal, hemorragia rectal, pérdida de peso u hospitalizaciones debido a los desordenes gastrointestinales, también estarían asociados a un mayor riesgo de sufrir fracturas, comparado con los pacientes sin historia clínica sintomatológica.

Finalmente, los autores concluyen que los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal tienen un riesgo significativamente creciente de sufrir fracturas relacionado con la severidad de su enfermedad. Este riesgo creciente se debería a una combinación entre la enfermedad y el uso de corticoides orales. Como medida preventiva, se sugeriría que todos los pacientes con EII reciban el respectivo asesoramiento sobre las formas de vida que permitan reducir la pérdida de masa ósea y así evitar la consiguiente fractura.

Fuente bibliográfica

Gastroenterology 2003; 125:1591-7

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