Salud pública
Ingesta de grasas disminuye la calidad de vida
La calidad de vida es un concepto amplio que se relaciona con todos los aspectos de la vida humana. Los cuestionarios de calidad de vida se han convertido en una forma eficiente de recolección de datos sobre el funcionamiento y bienestar de las personas. También miden el estado de salud que ha demostrado ser un poderoso predictor de enfermedades crónicas y de mortalidad a largo plazo en la práctica clínica. Por otra parte, las investigaciones epidemiológicas han señalado la influencia de diferentes factores como el tabaquismo, la obesidad, lesiones o accidentes en la calidad de vida. Sin embargo, pocos estudios longitudinales han analizado la influencia de la dieta sobre la calidad de vida en población sana.
El propósito de este estudio (Departamento de Ciencias Clínicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España) fue evaluar si la ingesta de grasas se asocia a la calidad de vida física y mental. Este análisis incluyó 8.430 participantes del proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra). Los autores estudiaron la ingesta de ácidos grasos saturados (AGS), ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), ácidos grasos insaturados (AGI) y ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) mediante un cuestionario de frecuencia 136 de ítems. La calidad de vida se midió con la encuesta de salud SF-36 después de 4 años de seguimiento. Modelos lineales generalizados fueron equipados para evaluar los coeficientes de regresión (b) y su intervalo de confianza del 95% (IC del 95%) para 8 dominios de SF-36 de acuerdo a los quintiles de cada tipo de consumo de ácidos grasos.
Los modelos multivariados ajustados revelaron una significativa asociación inversa para el consumo de AGS (en quintiles) y dos de los dominios físicos (funcionamiento físico y la salud general). Por ejemplo, para el ámbito de la salud en general: (quintil más alto de consumo (Q5) versus quintil más bajo (Q1), b = -1.6, IC del 95% = -3,1, -0,1. La salud general también demostró una relación dosis-respuesta (tendencia <0,05). Para el consumo de AGI (en quintiles), se encontró una significativa asociación inversa en la mayoría de los dominios mentales (vitalidad, función social y rol emocional). Por ejemplo, para el dominio de la vitalidad (Q5) versus (Q1), b = -2.0, IC del 95% = -3,4 a -0,6. También se encontró una asociación inversa entre el consumo de AGI y el dolor corporal: (Q5 versus Q1), b =-2.6, IC del 95% = -4,4 a -0,8, con una relación dosis-respuesta estadísticamente significativa (tendencia <0,05). Excepto para el consumo de AGI y los ámbitos mentales, el resto de las asociaciones se atenuaron cuando se repitió el análisis ajustado para la adherencia a la dieta mediterránea.
Finalmente, esta investigación encontró una relación perjudicial entre el consumo de AGI y la mayor parte de los dominios mentales de SF-36. Además, se observaron asociaciones inversas algo más débiles para el consumo de AGS y algunos dominios físicos.
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