Factores de riesgo
Viajes en avión no serían tan peligrosos para pacientes con problemas coronarios
Casi 2 mil millones pasajeros se embarcan anualmente en el transporte aéreo internacional. Un aumento del número de viajeros con enfermedad cardiovascular tendrá lugar a medida que la población continúa envejeciendo y la capacidad de tratar enfermedades cardiacas mejora. Los factores cardiacos explican un alto porcentaje de los incidentes médicos en los aviones, varios estudios observacionales señalan representar entre un 10% a un 20% de todos los incidentes y están en segundo lugar después de los eventos vasovagales, pero a pesar de estos porcentajes el número total de acontecimientos cardiacos en aviones es bajo. Por ejemplo, DeJohn y colaboradores divulgaron 8 incidentes en aviones por millón de emplazamientos; 19.4% fueron atribuidos a causas cardiacas. Los diagnósticos cardiacos consideraron 12 de un total de 15 muertes entre 1.4 millones de pasajeros en 5 líneas aéreas de estados unidos; estadística registrada del 1 de octubre de 1996 al 30 de septiembre de 1997. Este estudio utilizó los acontecimientos registrados por una compañía privada que proporciona ayuda médica en los aviones. La asociación americana para el transporte aéreo reportó 433 episodios de angina de pecho y 141 infartos al miocardio entre aproximadamente 580 millones de pasajeros durante 1996; sin embargo, la asociación no detalló sus métodos, no describió criterios de diagnóstico, ni divulgó muertes en aviones. Así, aunque el riesgo es menor, a partir del 12 de abril de 2004 la administración federal de la aviación ordenó la colocación de por lo menos un defibrilador externo automático en los aviones.
Los cardiólogos S. Possick y M. Barry (Universidad de Yale, Estados Unidos) realizaron una extensa revisión basada a partir de un caso, la cual termina describiendo los riesgos de los viajes en avión en un hombre 65 años de edad con enfermedad cardiovascular conocida. Después de repasar los datos sobre seguridad aérea posterior a un infarto al miocardio y de las comunes complicaciones de la intervención percutánea y bypass arterial coronario, ellos proporcionan recomendaciones a los pacientes con enfermedades cardiacas para un seguro viaje aéreo. También discuten sobre la seguridad de los aviones con respecto a los marcapasos y a los defibriladores automáticos implantados, para finalmente repasar la literatura respecto a la trombosis venosa y proporcionar los consejos para prevenirla.
En conclusión, los autores señalan que los viajes aéreos no revisten mayor peligro para las personas con dolencias cardiacas estabilizadas, es más, según anteriores investigaciones éstos resultan seguros. Pacientes que tienen bajo control su insuficiencia cardiaca y sin problemas posteriores a la cirugía, tienen un riesgo bajo de sufrir problemas durante un viaje aéreo. Pero las personas que han padecido durante las dos o tres semanas anteriores un evento coronario, una angioplastía, un bypass o un implante no deberían viajar en el momento. Por ultimo, se recomienda para prevenir una trombosis venosa profunda usar bendajes de compresión bajo la rodilla, levantarse y caminar durante largas distancias.
Fuente bibliográfica
Ann Intern Med 2004 Jul 20; 141(2):148-54