Cirugía coronaria
Implantes de arteria radial menos proclives a obstruirse que vena safena
La arteria torácica interna proporciona mejor evidencia a largo plazo que la vena safena como conducto para el bypass coronario, motivando a los especialistas a explorar otros conductos arteriales. La arteria radial fue utilizada por primera vez en 1971, debido a sus potenciales ventajas, incluyendo la posibilidad de poseer una baja propensión para infecciones, un diámetro más grande y una gruesa pared muscular que facilita la anastomosis. Sin embargo, tempranamente se sugirió que los injertos de arteria radial fueran proclives a espasmo y a obstrucción funcional, y su uso fue desechado durante muchos años. La adopción de nuevas técnicas y el advenimiento de la terapia medicamentosa para prevenir los espasmos han revitalizado el interés en la arteria radial como conducto adicional, aunque estudios observacionales han planteado interrogantes con respecto a su evidencia a largo plazo.
Para evaluar la capacidad de la arteria radial como vía de bypass, cirujanos cardiacos de la Universidad de Toronoto (Canadá) realizaron un ensayo para determinar si el éxito de los implantes de arteria radial en 8 a 12 meses superaría a los de la vena safena. Se alistaron 561 pacientes de 13 centros hospitalarios y la arteria torácica interna izquierda fue utilizada para desviar la circulación anterior. El implante de arteria radial fue asignado aleatoriamente para puentear el vaso mayor del territorio inferior (coronario derecho) o lateral (circunflejo), la vena safena fue utilizada para el territorio opuesto (control). El resultado final a evaluar fue la obstrucción del implante, determinado postoperatoriamente por angiografía a 8 y 12 meses.
Las angiografías fueron realizadas durante un año en 440 pacientes: el 8.2% de los implantes de arteria radial y el 13.6% de vena safena se habían ocluidos totalmente (P=0.009). Sin embargo, el angostamiento estuvo presente en el 7% de los implantes de arteria radial y sólo en el 0.9% respecto a la vena safena (P=0.001). La ausencia de estenosis severa en vasos nativos estuvo asociada a un mayor riesgo de obstrucción de la arteria radial y de angostamiento difuso.
Los autores concluyen que los implantes de arteria radial se asocian a un índice más bajo de obstrucción a partir del año que los de vena safena. Ya que la evidencia sobre los implantes de arteria radial depende de la severidad de la estenosis, tales injertos se deberían de utilizar preferentemente en vasos con alto grado de lesiones.
Fuente bibliográfica
N Engl J Med 2004 Nov; 351(22):2302-9