Estudio REVERSAL
Uso intensivo de atorvastatina detiene el avance de enfermedades coronarias
Importantes estudios observacionales han establecido una fuerte relación entre los niveles de proteína C-reactiva (PCR) y la morbilidad y mortalidad por enfermedades coronarias. Sin embargo, se desconoce con exactitud el mecanismo subyacente de asociación entre los niveles de PCR y resultados adversos. Teóricamente, al disminuir las concentraciones de lipoproteínas aterogénicas, las estatinas podrían atenuar la inflamación sistémica y reducir a su vez los niveles de PCR. Una hipótesis alternativa propone que las estatinas tienen efectos antiinflamatorios directos, independientemente de su capacidad a favor de la caída de los lípidos. Recientes ensayos han demostrado mejores resultados con el uso intensivo de estatinas que con el tratamiento moderado, el primero produce mayores reducciones de colesterol LDL y de proteína C-reactiva, sugiriendo una relación entre estos dos biomarcadores y la progresión de la enfermedad cardiaca.
El estudio REVERSAL (siglas en inglés de reversión de la aterosclerosis con terapia hipolipemiante agresiva) dirigido por el Dr. Steven Nissen, cardiólogo de la Clínica Cleveland (Ohio, Estados Unidos) y principal investigador de la investigación, analizó a 502 pacientes con enfermedad coronaria angiográficamente documentada. Los pacientes se asignaron aleatoriamente para recibir tratamiento moderado (40mg de pravastatina oral por día, n = 249) o tratamiento intensivo (80mg de atorvastatina oral por día, n = 253). La ultrasonografía fue repetida después de 18 meses para medir la progresión de la aterosclerosis. Niveles de lipoproteína y PCR fueron medidos al inicio y al final del estudio.
Según los resultados, en la totalidad de los grupos el nivel promedio de colesterol LDL fue reducido de 150.2 mg/dL (3.88 mmol por litro) en el inicio a 94.5mg por decilitro (2.44 mmol por litro) a los 18 meses (P < 0.001), y el nivel promedio de la PCR disminuyó de 2.9 a 2.3 mg/dL por litro (P < 0.001). La correlación entre la reducción de los niveles de colesterol LDL y PCR fue débil pero significativa para ambos grupos en conjunto (r = 0.13, P = 0.005), pero no por grupos separados, de hecho fue bastante más considerable en pacientes con atorvastatina. Pacientes con atorvastatina 80mg alcanzaron niveles de LDL de 79 mg/dL, mientras que aquellos tratados de forma más moderada con pravastatina obtuvieron niveles 110 mg/dL. En el análisis univariable, el cambio en el porcentaje de los niveles de colesterol LDL, PCR, apolipoproteína B-100 y colesterol HDL estuvo de alguna manera relacionado con la tasa de progresión de aterosclerosis y después del ajuste estadístico, la disminución de la PCR estuvo independiente y significativamente correlacionada con la tasa de progresión. Los pacientes con reducciones de colesterol LDL y PCR superiores al promedio tuvieron tasas de progresión considerablemente más bajas que los pacientes con reducciones bajo el promedio (P = 0.001).
En conclusión, en pacientes con enfermedad coronaria, la reducción de la progresión de la aterosclerosis asociada al tratamiento intensivo con estatinas, con respecto al manejo moderado, se relaciona significativamente con mayores reducciones de lipoproteínas y de la proteína C-reactiva.
Fuente bibliográfica
N Engl J Med. 2005 Jan 6;352(1):29-38