Medicina interna
Manejo hormonal del cáncer de próstata aumentaría peligro de fracturas
El uso de las terapias hormonales para el cáncer de próstata se ha incrementado considerablemente los últimos 15 años. La terapia de privación androgénica es capaz de reducir la morbilidad, las metástasis y mejorar la supervivencia al mantener la enfermedad localizada cuando además se combina con radiación. Sin embargo, la terapia hormonal por si sola, a la forma de agonista de la hormona gonadotropina, se utiliza cada vez más en hombres con cáncer de próstata localizado (cáncer confinado a la próstata) y en quienes el nivel de antígeno prostático específico (APE) se eleva después de una prostatectomía, en ambas situaciones en las cuales la mayoría de los pacientes son como mínimo sintomáticos no se ha demostrado ninguna ventaja de supervivencia. Por estas razones, es importante tener datos exactos sobre los efectos negativos de la privación de andrógenos. También, este tratamiento se ha asociado a pérdida de densidad mineral ósea, pero el riesgo de fractura posterior a la terapia no se ha estudiado correctamente.
Vahakn Shahinian y colaboradores (Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Texas, Estados Unidos), estudiaron los expedientes de 50.613 hombres diagnosticados con cáncer de próstata entre 1992 y 1997. Los eventos primarios evaluado fueron ocurrencia de cualquier tipo de fractura o una fractura determinada que diese por resultado la hospitalización. Los análisis estadísticos fueron ajustados según las características de los pacientes y el cáncer, según otros tipos de tratamientos recibidos y la presencia de fractura o diagnóstico de osteoporosis a los 12 meses del cáncer.
De los hombres que sobrevivían por lo menos cinco años después del diagnóstico, el 19.4 por ciento de los que recibieron terapia de privación de andrógeno presentaron una fractura, con respecto al 12.6% de los que no recibieron terapia (P < 0.001). En los análisis, ajustados según características del paciente y del tumor, hubo una relación estadísticamente significativa entre el número de dosis hormonales recibidas durante los 12 meses y el riesgo subsecuente de fractura.
En conclusiones, la terapia hormonal para el cáncer prostático podría aumentar el riesgo de fractura.
Fuente bibliográfica
N Engl J Med. 2005 Jan 13; 352(2):154-64