Oncología
No existiría relación entre el cáncer de próstata e ingesta de grasas
Diversos estudios sobre el cáncer de próstata, señalan a la dieta como un potencial factor de riesgo. La ingesta de grasa en países con una incidencia más baja de cáncer tiende a ser menor que en países con valores más altos. Varios estudios de cohorte y caso-control han intentado examinar la relación entre este cáncer y el consumo de grasa; lamentablemente éstos han reportado resultados inconsistentes. Investigadores del Colegio de Salud Pública de la Universidad de Iowa (Iowa, Estados Unidos), condujeron una revisión detallada de la literatura en una tentativa para realizar un meta-análisis de los estudios sobre cáncer de próstata asociado a aspectos dietéticos, incluyendo grasa total, grasas saturadas, grasas mono-insaturadas y poli-insaturadas, junto con el ácido linoleico, ácido alfa-linolénico, ácido eicosapentaenoico y ácido docosahexaenoico. El objetivo principal fue examinar la fuerza y la consistencia de las asociaciones entre los aspectos relacionados a las grasas en la dieta y el cáncer de próstata.
En total, 29 estudios que observaron los niveles reales de grasa ingerida en gramos eran muy heterogéneos, sugiriendo que el conjunto de los riesgos relativos podría ser inadecuado. La heterogeneidad también fue considerada por el diseño del estudio. Específicamente, aunque la estimación observada para el cáncer de próstata con aumentos de 45g en el consumo total por día fue pequeña (riesgo relativo = 1.2). La asociación más estrecha fue encontrada en cinco estudios extremadamente contrarios para el ácido graso alfa-linolénico. Las relaciones con el cáncer avanzado de próstata fueron más homogéneas sugiriendo una correlación con grasas totales y saturadas pero ninguna con ácidos grasos específicos. Esta revisión destaca la manera inconsistente por el cual la grasa total y los ácidos grasos específicos ingeridos se han medido y se han divulgado a través de estudios epidemiológicos sobre el cáncer prostático. La heterogeneidad entre los estudios fue grande, posiblemente debido a la variación en los instrumentos usados y las correspondientes bases de datos, las vías, las definiciones de los casos, la confusión residual, o la selección en los diversos estudios.
En la conclusión, las estimaciones sugieren una asociación pequeña pero significativa entre cáncer de próstata y el consumo total de grasas, en donde la heterogeneidad de los estudios fue demasiado grande, y dicha relación no se observó para ácidos grasos específicos. La asociación más fuerte se dio para el ácido alfa-linolénico; sin embargo, los cinco estudios que examinaron este tema eran extremadamente inconsistentes, y sólo dos examinaron los efectos de los ácidos eicosapentaenoico y docosahexaenoico. Las asociaciones con el cáncer avanzado fueron más homogéneas sugiriendo una relación con las grasas saturadas pero no con los ácidos linoleicos, poli-insaturados, alfa-linolénicos, eicosapentaenoicos y docosahexaenoicos. Estas asociaciones siguen siendo poco claras.
Fuente bibliográfica
Am J Epidemiol. 2004 Sep 1; 160(5):436-44