Ginecología
Calcio y vitamina D protegen contra el síndrome premenstrual
Se estima que entre el 85 al 90% de las mujeres experimentan regularmente síntomas afectivos y/o físicos antes del inicio de la menstruación. El síndrome premenstrual (SPM) es uno de los desórdenes más comunes de las mujeres premenopáusicas, caracterizado por síntomas moderados a severos que interfieren substancialmente con las actividades normales de la vida y las relaciones interpersonales. Los estudios sugieren que los niveles de calcio y de vitamina D en la sangre son más bajos cuando se presenta la condición y que los suplementos de calcio pueden reducir la severidad de la sintomatología, pero se desconoce si estos nutrientes puedan prevenir el desarrollo inicial de la enfermedad. Para evaluar estas relaciones, la Dra. Elizabeth Bertone-Johnson y colaboradores (Departamento de Salud Pública de la Universidad de Massachussets, Estados Unidos), condujeron un estudio en mujeres sanas de 27 a 44 años de edad. El calcio y la vitamina D fueron medidos en 1991, 1995 y 1999 a través de una encuesta.
Después ajustar para la edad, paridad, fumar y otros factores de riesgo, las mujeres del quintil más alto de ingesta de vitamina D (media, 706 IU/d) tenían un riesgo relativo de 0.59 (95% IC, 0.40-0.86) comparado con las del quintil más bajo (media, 112 IU/d) (P = 0.01). La ingesta de calcio a partir de alimentos también estuvo inversamente relacionada con el SPM; comparado con las mujeres de niveles bajos (media, 529 mg/d), los participantes con valores más altos (media, 1283 mg/d) tuvieron un riesgo relativo de 0.70 (IC del 95%, 0.50-0.97) (P = 0.02). El hábito de ingerir productos con poca grasa o leche descremada también se relacionó a un menor peligro (P < 0.001).
En conclusión, el alto consumo de calcio y de vitamina D puede reducir el riesgo de síndrome premenstrual. Dado que el calcio y la vitamina D también pueden disminuir el peligro de osteoporosis y de algunos cánceres, los médicos deberían considerar la recomendación de estos alimentos incluso en mujeres jóvenes.
Fuente bibliográfica
Arch Intern Med. 2005 Jun 13; 165(11):1246-52