Neurología
Niveles de vitamina D predicen progresión de la esclerosis múltiple
En este gran estudio longitudinal de pacientes con síndrome clínicamente aislado, el tratamiento con IFNB-1b elevó los niveles de 25(OH) D, los cuales pronosticaron un menor grado de actividad de la afección, de lesiones, de atrofia cerebral y avance clínico a 5 años.
No queda claro si la insuficiencia de la vitamina D, que es frecuente en personas con esclerosis múltiple (EM), tiene un efecto adverso sobre los resultados de la enfermedad.
Un equipo de especialistas de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Boston, Estados Unidos, determinaron si la concentración sérica de 25-hidroxivitamina D (25[OH] D), un marcador del estado de la vitamina D, predice la actividad y el pronóstico en pacientes con un primer episodio sugestivo de EM (síndrome clínicamente aislado). Los autores realizaron un ensayo aleatorio diseñado originalmente para evaluar el impacto de la aplicación temprana versus tardía de interferón beta-1b. Las concentraciones séricas de 25(OH) D se midieron al inicio y a los 6, 12 y 24 meses. Un total de 465 de los 468 pacientes aleatorizados tenían al menos una medición de 25(OH) D, y 334 6 y 12 meses de mediciones. Todos fueron seguidos durante 5 años, de forma clínica y con resonancia magnética.
Los niveles más altos de 25(OH) D predijeron una reducción de la actividad de la EM y una menor tasa de progresión. Un incremento de 50 nmol/L (20-ng/mL) en suero de 25 (OH) D en los primeros 12 meses reveló una tasa de 57% menos de nuevas lesiones activas (P < 0,001), 57% menos de recaídas (P = 0,03), 25% menos de incremento anual en el volumen de lesión T2 (P < 0,001) y 0,41% menos de pérdida anual en el volumen cerebral (P = 0,07) a partir de 12 a 60 meses. Asociaciones similares se encontraron entre la 25(OH) D a 12 meses y la actividad o progresión de la EM a 24 y 60 meses. En los análisis dicotómicos de 25(OH) D, valores mayores o iguales a 50 nmol/L (20 ng/ml) a 12 meses predecían menor discapacidad durante los siguientes 4 años.
En conclusión, en individuos con esclerosis múltiple tratados con interferón beta-1b, bajos niveles de 25(OH) D en el curso de la enfermedad son un factor de riesgo importante de actividad y progresión a largo plazo.
