TomografÃa en diagnóstico de enfermedad coronaria obstructiva
El método estándar es la angiografÃa que muestra si las arterias suministran una cantidad de sangre suficiente.Â
La enfermedad arterial coronaria es común en todo el mundo y una de las principales causas de muerte en paÃses desarrollados. Se asocia a una alteración del flujo sanguÃneo en las arterias coronarias y sÃntomas como el dolor torácico, la falta de aire y la fatiga con la actividad pueden ser indicadores de su expresión asociado a un mayor riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular e incluso muerte cardiovascular.Â
La prueba diagnóstica estándar para la enfermedad es un procedimiento mÃnimamente invasivo conocido como angiografÃa coronaria (o cateterismo cardÃaco). Esta prueba muestra si las arterias coronarias suministran una cantidad suficiente de sangre o si el flujo sanguÃneo se ve afectado por un estrechamiento, que puede ser detectado y tratado durante el procedimiento mediante el uso de pequeños globos inflables y tubos de malla extremadamente finos conocidos como stents, que se utilizan para apuntalar los vasos sanguÃneos. Cada año se llevan a cabo más de 3,5 millones de procedimientos de este tipo en Europa y las cifras siguen aumentando.Â
Dirigidos por la Charité - Universitätsmedizin Berlin, investigadores de 31 instituciones clÃnicas europeas colaboraron en el ensayo DISCHARGE (Diagnostic Imaging strategies for patients with stable chest pain and intermediate risk of coronary artery disease) cuyo objetivo era comprobar si la tomografÃa computarizada (TC) cardÃaca era tan fiable como el cateterismo.
La cuestión principal abordada por el grupo era si este método puede constituir una alternativa segura en determinados pacientes. Para comprobar su eficacia realizaron un seguimiento de más de 3.500 personas durante cuatro años. Si la evaluación inicial descartaba la existencia de una enfermedad coronaria obstructiva, los participantes eran dados de alta y enviados a su médico de cabecera para que les diera un tratamiento adicional, paso que dio nombre al ensayo: DISCHARGE.Â
El riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores resultó ser similar en ambos grupos (TC v/s angiografÃa) ocurriendo en el 2,1% y el 3,0% de los pacientes, respectivamente. La incidencia de complicaciones importantes relacionadas con el procedimiento fue cuatro veces menor en los pacientes tratados con una estrategia inicial de TC.
El paso siguiente es seguir evaluando el método del ensayo para estimar riesgo clÃnico. Como se menciona en la discusión de la publicación, son necesarios nuevos análisis de costo-efectividad metodológicamente rigurosos.Â
