Uso efectivo de la vacuna de ARNm contra la COVID-19 en niños
La inmunización frente al SARS-CoV-2 en la población pediátrica desde los 6 meses reduce las visitas al servicio de urgencias y las hospitalizaciones.
La infección por SARS-CoV-2 en niños pequeños y adolescentes suele ser leve o asintomática, sin embargo, algunos tienen un riesgo mayor de padecer enfermedades graves. La cobertura de vacunación en este grupo sigue siendo notablemente más baja que la de los adultos. Por esta razón, las estimaciones de la efectividad de la vacuna en los lactantes y los niños de 6 meses a 4 años son limitados para ayudar a orientar las políticas de vacunación. A pesar de la baja cobertura, las tasas de hospitalización asociadas a COVID-19 se han mantenido bajas.
Este estudio evaluó la eficacia de las vacunas de ARNm contra la COVID-19, respecto a las visitas al servicio de urgencias y hospitalización durante el primer año de autorización de la vacunación para lactantes y niños de 6 meses a 4 años, período en el que circulaban varios sublinajes de Ómicron.
Se utilizaron datos de la Red de Vigilancia de Nuevas Vacunas, un sistema de vigilancia prospectivo basado en la población, para estimar la eficacia de la vacuna utilizando un diseño de casos y controles con prueba negativa y describir la epidemiología del SARS-CoV-2 en bebés y niños de 6 meses a 4 años, durante el 1 de julio de 2022 al 30 de septiembre de 2023. Se recolectaron muestras respiratorias y se analizaron mediante RT-qPCR para detectar SARS-CoV-2 y otros siete virus respiratorios.
De los 7,434 niños incluidos en el análisis, el 5% obtuvo un resultado positivo de la prueba de SARS-CoV-2 y el 95% fue negativo. El 86% no estaba vacunado, el 4% había recibido una dosis de cualquier tipo de vacuna y el 10% tenía 2 o más dosis. En comparación con los niños que no recibieron inmunización, la recepción de 2 o más dosis de la vacuna de ARNm contra la COVID-19 tuvo una eficacia del 40% (IC del 95%) para prevenir las visitas al servicio de urgencias y la hospitalización.
Estos hallazgos respaldan las recomendaciones existentes sobre la vacunación contra la COVID-19 en niños pequeños desde los 6 meses, para reducir las visitas al servicio de urgencias y las hospitalizaciones asociadas a la enfermedad.
