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Los niños en edad preescolar tienen cada vez más acceso a las tablets. Aunque se ha vinculado el uso de dispositivos móviles con problemas de regulación emocional en la infancia, pocos estudios han demostrado de manera concluyente una relación directa entre el uso de tablets y el desarrollo de habilidades de autorregulación. Además, son escasas las investigaciones que han analizado cómo estas asociaciones evolucionan a lo largo del tiempo dentro de cada individuo.

Este estudio prospectivo, liderado por la Dra. Caroline Fitzpatrick de la Universidad de Sherbrooke en Canadá, tuvo como objetivo evaluar la influencia del uso de tablets en las expresiones de ira y frustración en niños de entre 3,5 y 5,5 años. Además, se analizó la bidireccionalidad de estas asociaciones para esclarecer la naturaleza de las correlaciones.

Se empleó una muestra de 315 padres, en su mayoría canadienses y casados, quienes proporcionaron información sobre el uso de estos dispositivos electrónicos en sus hijos (54% varones) a las edades de 3,5, 4,5 y 5,5 años, durante la pandemia de COVID-19. Se evaluaron las expresiones de enojo y frustración de los menores a través del Cuestionario de Comportamiento Infantil, el cual fue completado por sus padres.

Los análisis mostraron que, a los 3,5 años, un aumento de aproximadamente 1,15 horas diarias en el uso de tablets se asociaba con un 22% más de ira y frustración a los 4,5 años (IC 95%). Más ira y frustración a los 4,5 años se relacionaba con un incremento de alrededor de 0,28 horas diarias en el uso de los dispositivos a los 5,5 años (IC 95%).

Estos hallazgos sugieren que el uso de tablets durante la primera infancia podría desempeñar un papel en la creación de un ciclo perjudicial que afecta la regulación emocional de los niños. Es fundamental considerar las implicaciones de esta tecnología en el desarrollo emotivo temprano y buscar alternativas que promuevan el bienestar de los pequeños.