

Desprendimiento de retina regmatógeno pediátrico
47
Idiopático
Esta causa hace referencia a la ausencia de
alta miopía, trauma ocular, antecedente de
cirugía, enfermedad congénita del desarrollo
o atopia. En Italia se realizó un estudio
retrospectivo de 154 ojos de 154 niños con
desprendimiento de retina entre 4 y 13 años de
edad. Se efectuó un seguimiento de entre 16
a 18 años, midiendo como outcome primario
la agudeza visual y el éxito anatómico, y
como outcome secundario la descripción
de las características al fondo de ojo inicial.
La mayoría de los casos se situó entre los 10
y los 13 años, con una clara predisposición
al sexo masculino (74%). Un 33% presentó
mácula off, 56% proliferación subretinal y sólo
1 caso presentó desprendimiento de vítreo
posterior. El 61% de los casos correspondía
a diálisis retinales menores de 90°, seguido
de agujeros atróficos retinales (18%), diálisis
mayores de 90° (12%), desgarro retinal único
(6%) y desgarros retinales múltiples (1%).
La mayoría de las diálisis menores a 90° se
encontraron en la retina inferotemporal, y
sobre el 50% de los casos de diálisis mayores
de 90° en retina inferior
5
.
Dermatitis atópica
En series de casos japoneses se ha descrito
como factor etiológico, causando desde un
3 a un 9% de los desprendimientos de retina
pediátricos, atribuyéndose al trauma repetitivo
que causa el grataje ocular por prurito. En
promedio, se trata de niños de 12 años, con
diálisis retinales entre un 50 a un 75% de
los casos. En un 40% existe asociación con
miopía mayor de -3 esferas
3
.
TRATAMIENTO
Los objetivos quirúrgicos son los mismos
que en adultos: liberar tracciones, aplicar la
retina neurosensorial al epitelio pigmentario
retinal y lograr su adhesión. Idealmente antes
de planificar la cirugía, se debe realizar una
revisión de la periferia exhaustiva, incluso
bajo anestesia general. Errera et al realizaron
un estudio retrospectivo en 109 niños con
desprendimiento de retina regmatógeno
menores de 18 años candidatos a cirugía
clásica como procedimiento primario. Se
realizó un seguimiento de 13 años, midiendo
como outcome la agudeza visual y el éxito
anatómico post cirugía. Se observó que
tras la primera cirugía clásica se logró
aplicación de la retina en un 73%, con una
aplicación final de un 88% (considerando
otras cirugías posteriores, tales como un
segundo explante escleral o vitrectomía). El
mayor éxito primario se logró en pacientes
con cirugía previa y trauma ocular (100% y
80% respectivamente), y en pacientes con
diálisis y agujeros redondos (82% y 68%).
En el análisis por edad se observó que en
el grupo entre 16 y 18 años la tasa de éxito
luego de la primera cirugía fue mayor, sin
diferencias significativas entre las causas
subyacentes al desprendimiento de retina.
Las cifras publicadas no son distantes a lo
publicado previamente, y parece ser prudente
realizar una aproximación inicial con explante
escleral. Incluso sólo el implante de banda
otorga un éxito en torno al 70 a 80%. Por lo
tanto, es ideal evitar la vitrectomía lo máximo
posible, dado que: 1) la hialoides posterior está
muy adherida a la superficie retinal, siendo
más difícil provocar un desprendimiento
de vítreo durante la cirugía, y provocando
que permanezca vítreo remanente con
formación de membranas de tracción y
contracción de desgarros; 2) la presencia de
un vítreo más compacto que en el adulto
ayuda a la tamponamiento de la retina y
a la reabsorción del líquido subretinal tras
la cirugía clásica, 3) la alta tasa de catarata
luego de la vitrectomía, aun considerando
que mucho de estos casos se trata de niños
que pudieran desarrollar ambliopía al corto
plazo
6
. La vitrectomía debería reservarse
para casos complejos, como desgarros o
lesiones posteriores, desgarros múltiples,
agujero macular, PVR C o mayor, etc. En
caso de realizar ésta última, el taponador más