

noviembre
2015.
Volumen
14
-
N
°
62
servicio en referencia era el que en el plan
primitivo de construcción del hospital estaba
destinado a habitación de las enfermeras internas
y que en el momento de su adaptación estaba
cedido a la Escuela de Enfermeras para dormitorios
de las alumnas.
Especial interés manifestó el Dr. Iván Prieto en
que las dependencias imaginadas en un principio
para destino de habitación de enfermeras,
alumnas y empleados de servicio hayan sido
dedicadas a fines que atañen más directamente
al bienestar de los enfermos y a la necesidad de
ampliación de los distintos servicios. Tal ha
ocurrido con el departamento del personal de
infecciosos, dedicado con el mismo propósito al
Servicio de Otorrinolaringología y con el primer
piso del pabellón Valentín Errázuriz, habilitado
para servir a la Posta Infantil y al policlínico de
cirugía.
En cuanto a trabajo médico se refiere, el Dr. Prieto
logró una innovación interesante y que constituyó
el primer paso hacia la organización del futuro;
nos referimos al régimen del internado médico
con trabajo full-time. Su organización visionaria
demostró de manera fehaciente las ventajas que
significaría para el futuro la implantación definitiva
de esta nueva orientación. Siempre con una
notable visión de futuro observó que sólo
disponía de un médico interno para los servicios
clínicos de la sección de medicina interna. Con el
correr del tiempo, y obtenida la creación de
nuevos cargos de esta naturaleza pudo disponerse
de médicos internos en las distintas secciones
del Hospital, en los servicios independientes y en
los Institutos Científicos con lo cual se aseguró
definitivamente la necesaria continuidad de la
acción y la mejor y más pronta atención de los
enfermos y, sin que fuera su intención, logró
sembrar las bases del futuro desarrollo de los
servicios clínicos, las nuevas y emergentes sub
especialidades pediátricas y un promisorio
desarrollo de la investigación clínica, liderada en
las décadas siguientes por el Profesor Julio
Meneghello Rivera, Fernando Monckeberg Barros
y Francisco Beas Franco.
Siempre en su actitud visionaria señalaba el
Dr. Prieto que un sereno estudio de la planta de
médicos del establecimiento y del rendimiento
médico-horas de trabajo ha de llevar al
convencimiento de nuestras autoridades
asistenciales que el trabajo full-time es el único
compatible con una atención eficiente y acabada
de nuestra atención hospitalaria. Época de
ejemplar compromiso con la salud infantil, en la
cual hubo médicos que se desempeñaban ad
honorem en el servicio de Urgencia Infantil y en
los servicios clínicos de Pediatría y Cirugía Infantil.
De hecho, el Dr. Santiago Rubio Arce, uno de los
más connotados pediatras del Hospital Manuel
Arriarán, debió esperar veinte años para lograr un
cargo remunerado en dicho hospital.
El Dr. Alejandro del Río Soto Aguilar que se
destaca como la más sobresaliente figura de su
época en la materia, contribuyó en forma decisiva
desde su cargo de sub administrador del
establecimiento, a cimentar las bases del Hospital
de Niños Manuel Arriarán. El prestigio logrado por
este Primer Servicio de Urgencia Infantil en Chile
y en el extranjero, reconoce su origen en el genio
creador del Prof. del Río; los administradores con
quienes colaboró, don Germán Riesco y don
Ismael Valdés Valdés, supieron rodear al profesor
del Río del máximo de posibilidades para
desarrollar su acción, el empuje otorgado por el
9