Previous Page  34 / 56 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 34 / 56 Next Page
Page Background

HIPERTENSION / 2013 / VOL. 18

32

comidas hipergrasas, tabaquismo, etc), lo que facilita la aparición de HTA resistente, no obstante que

también algunas patologías estrechamente vinculadas a la obesidad, como es el caso del síndrome

de apnea obstructiva del sueño (SAOS), pueden favorecer la mayor prevalencia de HTA resistente

en este grupo de pacientes.

Sumado a las alteraciones hormonales de la leptina e insulina que contribuyen al desarrollo de la

HTA del obeso, en el último tiempo ha adquirido importancia el hiperaldosteronismo, un hallazgo

frecuente de encontrar en los obesos y que alcanza una alta prevalencia en los sujetos con HTA

resistente.

Hiperaldosteronismo e hipertensión arterial asociada a obesidad

En la actualidad se conoce que un exceso de aldosterona plasmática, un mineralocorticoide

secretado por la corteza adrenal involucrado en la regulación del balance hidrosalino, es una de las

causas más frecuentes de HTA secundaria. Estudios realizados hace un par de décadas atrás y ratificados

en la actualidad, permiten establecer que alrededor de un 5% a 10% de los pacientes hipertensos

presentan hiperaldosteronismo primario

(6)

y que precisamente este grupo de sujetos tiene una alta

prevalencia de HTA resistente

(7)

. Parte de este incremento en la prevalencia del hiperaldosteronismo

primario como causal de HTA se debe al método de diagnóstico usado actualmente, es decir la

relación aldosterona/actividad de renina plasmática (A/ARP), dado que anteriormente se fundamentaba

en la presencia de hipokalemia, situación que como se sabe sólo una minoría de los pacientes la

presentan al momento del diagnóstico.

La contribución de la aldosterona a la resistencia del tratamiento antihipertensivo, es puesta de

manifiesto por los importantes beneficios antihipertensivos conseguidos con el uso de la espironolactona

y eplerenona en pacientes con HTA resistente, tanto en aquellos que expresan niveles elevados de

aldosterona plasmática (hiperaldosteronismo) como en quienes tienen niveles circulantes normales

(sin hiperaldosteronismo evidenciable)

(8)

.

La HTA descrita en el hiperaldosteronismo estaría determinada por sus acciones sobre los receptores

de mineralocorticoides, ubicados en riñón, cerebro y vasos sanguíneos, incrementando la retención de

sodio y agua (hipervolemia), la vasoconstricción y alterando la complacencia vascular. Además, en el

último tiempo se ha demostrado que la aldosterona puede ejercer efectos negativos sobre el sistema

cardiovascular, produciendo disfunción endotelial, hipertrofia, fibrosis e inflamación cardiovascular,

efectos que son independientes de la angiotensina II (9). También se ha señalado que la aldosterona

pudiese estar implicada en la insulinorresistencia, dado que el hiperaldosteronismo se asocia en

algunos casos a intolerancia a la glucosa. Niveles elevados de aldosterona han sido recientemente

sugeridos estar involucrados en la patogénesis de la HTA de la obesidad y del síndrome metabólico.

Muchos estudios observacionales encuentran una correlación positiva entre obesidad y las concentraciones

de aldosterona plasmáticas, señalando que el IMC, circunferencia de cintura y grasa visceral se asocian

positivamente con sus niveles circulantes

(10)

. Si bien los mecanismos fisiopatológicos exactos para

explicar tal asociación son desconocidos, existen algunas evidencias para sugerir la participación del

tejido adiposo en ellos, como que los niveles plasmáticos de renina, angiotensinógeno y aldosterona

desciendan con la baja de peso

(10)

.