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Déficit de agua
Lactante
Escolar
Leve
5%
3%
Moderada
10%
6%
Severa
15%
9%
Conciencia
Alerta
Irritable
somnoliento
Ojos
Levemente hundidos
Hundidos
Hundidos
Bregma
Normal a excavada
Excavada
excavada
Mucosas
Algo secas
Secas
muy secas
Lágrimas
Escasas
Ausentes
Ausentes
Llene capilar
Normal
Prolongado
Prolongado
Presión arterial
Normal
Normal
Disminuida
Diuresis
Normal
Disminuida
Disminuida/ausente
2. Tipo de alteración osmolar
Se define por el nivel de Na
+
plasmático: isotónica (130-150 mEq/L), hipertónica (> 150 mEq/L)
o hipotónica (< 130 mEq/L).
3. Evaluación ácido-base
Se efectúa en base a la clínica (respiración acidótica), interpretación de gases en sangre y
electrolitos en plasma (incluye anión gap). Siempre que sea posible, complementar con electrolitos
urinarios en muestra aislada y eventualmente con medición de pH en orina (ver guía de acidosis
metabólica).
4. Trastorno del potasio
Es importante conocer el nivel de potasio plasmático. Trastornos severos pueden producir
arritmias importantes. En caso de alteración severa, se requiere, además, conocer la calcemia.
Recordar que no es posible valorar la severidad de una alteración en la kalemia sin un ECG.
5. Alteración de la función renal
Creatinina y nitrógeno ureico en plasma. En casos de deshidratación moderada a severa,
acompañada de oliguria, puede ser necesario diferenciar un cuadro de insuficiencia prerenal con
una renal, para lo cual es útil la determinación de Na
+
urinario, índice O/P de nitrógeno ureico,
FENa, FE de nitrógeno ureico, entre otros.
Manejo
Establecer el diagnóstico en base a los cinco parámetros previos, permitirá diseñar un plan de
manejo, basado en tres aspectos principales:
1. Requerimientos de mantención normal.
2. Corrección del déficit (si existiera).
3. Reemplazo de pérdidas anormales.
1. Requerimientos de mantención normal
Deben cubrir pérdidas obligadas por piel y riñón. Como se supone que el programa de hidra-
tación parenteral es de corta duración, en los requerimientos sólo se considera agua, electrolitos
y aporte calórico en base a glucosa, para evitar la hipoglicemia. El objetivo de cubrir estos reque-
rimientos es mantener un balance neutro de agua y electrolitos, que dependen básicamente del
gasto metabólico.
En el niño hospitalizado, este gasto metabólico está representado por el gasto basal más un
adicional destinado a cubrir la mínima actividad física del paciente en cama, y corresponde a:
3 a 10 kg
100 kcal/kg
11 a 20 kg
50 kcal/kg
> 20 kg
20 kcal/kg