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3. Reemplazo de pérdidas anormales
Ocurren fundamentalmente a través de riñón y tubo digestivo. El principio básico es que estas
pérdidas deben ser reemplazadas con una solución igual en volumen y composición, para ello
es necesario disponer de una estimación objetiva del volumen de la pérdida y de su composición
electrolítica. Si no se dispusiera de esta última medición, las pérdidas de electrolitos pueden ser
extrapoladas del siguiente cuadro.
Fluido
Na
+
(mEq/L)
K
+
(mEq/L)
Cl
-
(mEq/L)
HCO
3
-
(mEq/L)
Jugo gástrico
20-80
5-20
10-150
0
Páncreas
120-140
5-15
90-120
100
Intest. Delgado
100-140
5-15
90-130
Bilis
120-140
5-15
80-120
40
Ileostomía
45-135
3-15
20-115
25-30
Diarrea
10-90
10-80
10-110
Sudor (normal)
10-30
3-10
10-35
Fibrosis quística
50-130
5-15
50-110
Saliva
33
19
34
La única manera de estimar el volumen de pérdidas es a través de un balance de ingresos-
egresos que sólo puede ser efectuado cuando el niño está hospitalizado.
Corrección de la deshidratación
El manejo del niño deshidratado va a depender de la severidad del cuadro y del trastorno
osmolar asociado. En cualquier caso, éste es un manejo secuencial en el que podemos definir
varias fases.
1. Fase de expansión del vascular o de reanimación.
2. Fase de expansión del LEC y corrección parcial del déficit.
3. Fase de corrección completa del trastorno osmolar, ácido-base y déficit de potasio.
1. Fase de expansión del vascular
Se aplica a todos los cuadros de deshidratación severa, o con
shock
(compensado o con hipo-
tensión). Su objetivo es restablecer el volumen circulante y conseguir estabilidad hemodinámica.
Su duración se ajusta al logro de este objetivo, idealmente dentro de la primera hora de manejo.
En esta fase deben utilizarse sólo soluciones isotónicas (independiente de la edad del niño y
del tipo osmolar de deshidratación) tales como:
a) Suero fisiológico (NaCl al 0,9%) o Ringer lactato 20 mL/kg, a pasar en menos de 10 minutos,
que eventualmente se puede repetir.
El uso de grandes volúmenes de reanimación con suero fisiológico, puede producir acidosis
metabólica hiperclorémica. La hipercloremia se ha asociado a mayor riesgo de falla renal. Para
disminuir el aporte de cloro durante la reanimación, se han diseñado distintas soluciones llamadas
balanceadas. Un ejemplo de solución balanceada fácil de preparar, utilizable en reanimación es:
NaCl 0,9% 850 mL+ NaHCO
3
1/6 M 150 mL. Esta solución tiene una diferencia de iones fuertes
de 24,9, muy cercano a lo ideal.
Los parámetros hemodinámicos a monitorizar durante esta fase son: presión arterial, pulso,
llene capilar periférico, conciencia, diuresis. Vigilar aparición de signos de congestión pulmonar.
Una vez estabilizado hemodinámicamente el paciente, se inicia siguiente fase.
2. Fase de expansión del LEC
Dura habitualmente desde el término de la fase de expansión del vascular hasta las primeras
24 a 48 horas. En esta fase se aportan los requerimientos de mantención basales (comunes a