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Contenido disponible en

www.neumologia-pediatrica.cl

pacientes con neumonías virales, el 16% de los pacientes

con

pneumoniae

y

Clamydia trachomatis

las presentan

(18)

;

otros signos como el dolor torácico, las artralgias y la cefalea

acompañando a las sibilancias, podrían sugerir ampliamente

infección por

Mycoplasma

. Signos como fiebre mayor de 39

grados centígrados, apariencia tóxica, dolor pleurítico y per-

sistencia de síntomas respiratorios por varios días, han sido

relacionados por algunos autores con enfermedad invasiva y

es bien conocido que son más invasivas las bacterias que los

virus

(18-20)

.

La edad, junto con el estado de inmunización del paciente

y la noción de contagio, son los factores epidemiológicos que

mejor permite relacionar la neumonía con el agente causal

más probable. Por otra parte, la asistencia a guarderías debe

hacer pensar más en causa viral y por el contrario, el antece-

dente de hospitalización reciente, es un factor de riesgo para

infección por estafilococo meticilino-resistente. Los virus exhi­

ben brotes de infección estacionales, sobre todo a finales de

otoño y durante el invierno y en los países tropicales durante

las épocas de lluvia; las bacterias exhiben menos fluctuaciones

estacionales.

PRUEBAS DE LABORATORIO

Al igual que sucede con los criterios clínicos, no existen

pruebas de laboratorio que aisladamente determinen si una

neumonía es viral o bacteriana; la indicación de realizarlas

está basada fundamentalmente en su disponibilidad, acceso

y factibilidad, más que estrictamente en la evidencia. Así las

cosas, las pruebas específicas para identificar cada agente, sólo

deben realizarse si contribuyen a modificar el tratamiento

(4)

.

Los reactantes de fase aguda o marcadores inespecíficos

de inflamación: Recuento de leucocitos, velocidad de se-

dimentación globular (VSG), proteína C reactiva (PCR), las

interleuquinas (IL) y la procalcitonina (PCT) son de utilidad

limitada, cada uno como dato aislado, pero su utilización en

conjunto, ofrece más ayuda para una aproximación diagnós-

tica.

1. Recuento de leucocitos

Comúnmente se ha establecido que recuento de leucocitos

> 15.000/mm

3

y desviación a la izquierda, sugieren una etio-

logía bacteriana de la neumonía; sin embargo, estos hallazgos

no son específicos y pueden presentarse también en las

neumonías por

Mycoplasma pneumoniae

o víricas; por el con-

trario, pueden faltar en algunas neumonías bacterianas

(21-23)

. El

número de neutrófilos como marcador de infección bacteria-

na tiene una especificidad discreta y sólo valores por encima

de 10.000/ mm

3

, bandas mayores o iguales al 5% permitirían

una cierta predicción

(24)

de infección bacteriana.

2. Velocidad de sedimentación globular

No es un buen marcador de infección aguda, por su lento as-

censo y por su baja sensibilidad y especificidad para diferenciar

entre etiología bacteriana y viral. Sólo niveles por encima de

100 mm tienen utilidad como marcador de infección bacte-

riana. Su lenta elevación y descenso invalidan este parámetro

como reactante de fase aguda con poder discriminatorio

(25)

.

3. Proteína C reactiva

Aunque está elevada en un gran número de procesos infla-

matorios/infecciosos, su utilidad en el diagnóstico etiológico

de la NAC es limitado. Aunque la PCR no está indicada de

forma rutinaria en el manejo de las NAC no complicadas,

una cifra superior a 80 mg/l podría orientar hacia una etio-

logía bacteriana; sin embargo, en una revisión sistemática en

2005, van der Meer encuentra que la PCR no tiene suficiente

especificidad y sensibilidad como para orientar la etiología de

la infección respiratoria

(25-27)

.

4. Procalcitonina

En estudios realizados en población infantil se ha observado

que la elevación de la PCT se relaciona con etiología bac-

teriana de la NAC, el valor encontrado en individuos sanos

es < 0,1 ng/ml. Valores iguales o superiores a 1 ng/ml se

han asociado a neumonía bacteriana y por encima de 2 ng/

ml, específicamente con neumonía por neumococo, con un

elevado valor predictivo y especificidad (80%), mientras que

niveles inferiores a 0,5 ng/ml orientan hacia una neumonía de

etiología no bacteriana

(28-31)

.

5. Interleuquina 6

Aunque esta citoquina ha sido asociada con el aumento de los

leucocitos, niveles elevados de procalcitonina y consolidación

en la radiografía de tórax; no ha habido ninguna correlación

con la etiología de la NAC. Su medición no se encuentra

disponible en la mayoría de los centros hospitalarios, por lo

cual no se recomienda su uso

(25,32)

.

En conclusión, los 4 marcadores no específicos de infla-

mación: Recuento de leucocitos, velocidad de sedimentación

globular, proteína C reactiva y procalcitonina, tienen un papel

limitado en la diferenciación entre etiología bacteriana o

viral, en la NAC en niños, si se utilizan de forma aislada; sin

embargo, si la mayoría de estos marcadores se encuentran

elevados, la etiología bacteriana es mucho más probable. En

la práctica diaria, estos valores deben siempre interpretarse

junto con otras observaciones, como historia clínica, hallazgos

al examen físico y en la radiografía del tórax

(25,30)

.

Las pruebas microbiológicas buscan aislar e identificar el

agente etiológico de NAC, pero su baja sensibilidad, la difi-

cultad en obtener una muestra adecuada y la escasa relación

costo/beneficio, hacen que en la actualidad no se recomiende

realizar estudios microbiológicos de forma rutinaria a los

niños diagnosticados con NAC de manejo ambulatorio. Por

el contrario, en los niños que requieren ser hospitalizados o

en quienes se presente alguna complicación, es importante

realizar estos estudios para intentar llegar a establecer su

etiología

(25)

. Para ello se dispone de las siguientes pruebas

bacteriológicas:

1. Hemocultivo

El rendimiento de esta prueba es muy bajo, dado que la

neumonía no siempre cursa con bacteriemia; dependiendo

del agente implicado, la positividad del hemocultivo en NAC

puede llegar a ser menor del 10%

(25)

. Se recomienda su

realización en pacientes con evolución tórpida, en formas

graves de neumonía, con sospecha del agente resistente o

neumonías con formas inusuales. Su utilidad disminuye cuan-

do el paciente ha recibido antibióticos

(4)

.

Neumol Pediatr 2013; 8 (2): 66-73.

Diagnóstico de neumonía adquirida en la comunidad en la población infantil - Libia L.