Epidemiología
La obesidad sigue el patrón de una enfermedad contagiosa
El predominio de la obesidad se ha incrementado de un 23% a un 31% en los Estados Unidos, y el 66% de los adultos tiene sobrepeso. Las explicaciones que se han propuesto para explicar la epidemia de la condición incluyen los cambios sociales que promueven tanto la inactividad como el consumo de ciertos alimentos. El hecho de que su aumento durante este período no se pueda demostrar sólo por la genética y se de en todos los grupos socioeconómicos proporciona la base para un amplio sistema de explicaciones sociales y ambientales. Puesto que los diversos fenómenos se pueden extender dentro de las redes sociales, profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard en Boston, Estados Unidos, realizaron un estudio para determinar si la obesidad puede también propagarse de persona a persona, lo que posiblemente contribuiría de manera considerable al crecimiento de esta epidemia.
Los autores evaluaron una red social interconectada de 12.067 personas analizadas en varias ocasiones a partir de 1971 hasta el 2003 como parte del estudio Framingham. Se disponía del índice de masa corporal para todos los sujetos y se utilizaron modelos estadísticos longitudinales para examinar si el aumento de peso en una persona estaba asociado a un incremento en sus amigos, hermanos, cónyuges y vecinos.
Los grupos de personas obesas (índice de masa corporal [peso en kilogramos/talla en metros al cuadrado], ≥30) estaban presentes en la red para todos los puntos de tiempo, y se extendían con tres grados de separación. Estos grupos no parecían ser solamente atribuibles a la formación selectiva de lazos sociales entre personas obesas. Una persona con un amigo obeso aumentaba su probabilidad de subir de peso en un 57% (intervalo de confianza del 95% [IC], 6 a 123), un 40% si el que engordaba era un hermano (IC del 95%, 21 a 60) y un 37% si era el esposo (IC del 95%, 7 a 73). No se observaron los mismos efectos entre vecinos de una localización geográfica cercana. Las personas del mismo género tenían una influencia mucho mayor que las del sexo opuesto. El cese del hábito de fumar no explicó la propagación de la obesidad en la red.
En conclusión, los fenómenos dentro de una red social son relevantes en los rasgos biológicos y de comportamiento de la obesidad, y además, la condición parece propagarse a través de lazos sociales. Estos resultados tienen importantes implicaciones para las intervenciones de salud pública y clínica.
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