Oftalmología
Bevacizumab seguro y eficaz para tratar el edema macular cistoide
El edema macular cistoide (EMC) es la causa más frecuente de significativa pérdida visual en pacientes con inflamación intraocular. La patología se describió por primera vez en personas que habían sido sometidas a cirugía de catarata. La incidencia del EMC uveítico difiere según su etiología y el sitio de inflamación. La condición macular suele estar relacionada con localizaciones posteriores de la uveítis (intermedio, posterior y panuveítis). Su patogénesis aún no se ha dilucidado totalmente y resultar de la disfunción y/o lesión de la barrera interna o externa del ojo. Muchas citoquinas y otras moléculas inflamatorias tales como el ácido araquidónico se han relacionado a la etiología de esta complicación, pero es probable que una combinación de diversos factores provoque la enfermedad.
Miguel Cordero Coma y colegas del Instituto de Cirugía e Investigación Oftalmológica de Massachusetts, Estados Unidos, evaluaron retrospectivamente la seguridad y eficacia a corto plazo del bevacizumab para el tratamiento del edema macular cistoide (EMC) secundario a uveítis. A los pacientes (N = 13) que recibieron una inyección intravítrea con 2.5 mg de bevacizumab en un ojo se les recolectó información clínica que incluyó la agudeza visual (AV) corregida en la cartilla de Snellen, resultados de diferentes exámenes, resultados de la tomografía de coherencia óptica (TCO) y de la angiografía por fluorescencia. Se utilizó el análisis de supervivencia de Kaplan-Meier para calcular las probabilidades de éxito.
Seis pacientes (46.15%) presentaron una disminución del grosor foveal al final del seguimiento, mientras que 5 (38.4%) tenían una mejora en la AV en más de 2 líneas a los 84 días siguientes de la inyección. El grosor retiniano promedio demostró una significativa disminución durante el estudio (P < 0.02). El cambio promedio respecto al ángulo mínimo de resolución de la AV no fue significativo (P > 0.05). El análisis de supervivencia demostró que la probabilidad de mejora en la AV aumenta progresivamente después de las 6 semanas y alcanza el 81% a las 14 semanas. No se observó ningún efecto nocivo significativo, ya sea ocular o sistémico.
Se concluye que una sola inyección intravítrea de bevacizumab es bien tolerada y está asociada a la mejora, en el corto plazo, de la agudeza visual y del grosor retiniano en una considerable proporción de pacientes con EMC uveítica resistente a la terapia convencional. Se requiere de evaluación adicional a través de estudios controlados y aleatorizados.
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