Epidemiología
Reducir sal y tabaquismo evitaría muchas enfermedades crónicas asociadas a muerte
El 80% de las defunciones mundiales por enfermedades crónicas, principalmente debido a patologías cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes, se dan en los países de bajos ingresos y de ingresos medios. Se cree que los cambios demográficos en estas áreas provocarán un aumento de mortalidad atribuibles a tales causas de poco más de la mitad en 2002 al 61% en 2015. El proyecto de Evaluación Comparativa de los Riesgos de la OMS ha estimado que el número de muertes por enfermedades crónicas podría evitarse si los principales factores de riesgo se redujeran. Por otra parte, algunos estudios ya han evaluado la eficacia de las estrategias en función costo-efectividad de la reducción de sal y el control del tabaquismo en los países de bajos ingresos, concluyendo que ambos son altamente eficientes respecto a los usos de los recursos sociales.
Con este fin, Perviz Asaria y colaboradores de la Fundación Kings (Londres, Reino Unido) investigaron cuántas muertes podrían evitarse durante 10 años por la aplicación de esquemas basados en la población, y los gastos asociados a su implementación. Los investigadores seleccionaron dos tipos intervenciones: reducir en un 15% la ingesta de sal y aplicar cuatro elementos claves de la Convención Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT). Se utilizaron los métodos del proyecto de Evaluación Comparativa de los Riesgos para estimar los cambios en la distribución de los factores de riesgo ligados con la ingesta de sal y el consumo de tabaco en 23 países que representaban el 80% de la carga de enfermedades crónicas del mundo en desarrollo.
Los resultados demostraron que, a lo largo de 10 años (2006-2015), 13.8 millones de muertes podrían evitarse mediante la aplicación de estas intervenciones (8.5 millones por la reducción de sal y unos 5.5 millones por dejar de fumar), a un costo de 0.40 dólares por persona y año en los países de bajos ingresos y de ingresos medios, y 0.50-1 dólares por persona y año en los regiones más desarrolladas. La mayoría de las muertes se evitarían por enfermedades cardiovasculares (75.6%), seguida de las enfermedades respiratorias (15.4%) y el cáncer (8.7%)
En conclusión, la aplicación de estas dos estrategias de intervención basadas en la población, podrían reducir sustancialmente la mortalidad por enfermedades crónicas, y aportar una importante (y asequible) contribución al logro de la meta global para prevenir y controlar tales condiciones crónicas.
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